Urdiales de Colinas es un hermosísimo pueblo, situado a 1245 metros de altitud, al final de un angosto valle cerrado por un anfiteatro montañoso.
Siempre padeció un aislamiento muy severo, alejado de otros pueblos y con muy malas comunicaciones. Sufrían unos inviernos muy largos con abundancia de nieve y veranos muy cortos.
Llegó a contar en sus buenos tiempos con unas treinta y cinco viviendas.
Antiguamente tuvieron luz eléctrica en las casas proveniente de un salto de agua llamado ¨La fábrica¨ río arriba del pueblo pero algunos vándalos dañaron las instalaciones y tuvieron que volver a iluminarse con candiles.
Contaban con abundante leña de roble para calentar la lumbre de los hogares.
La ganadería se repartía entre vacas, ovejas y cabras.
Sus tierras de cultivo estaban sembradas principalmente de centeno.
Había molino junto al río para moler el grano.
Cada casa tenía su horno para hacer el pan.
Barcebatín
Barranco de Urdiales
Campa Prarca
Campocorral
El Flechar
Fuente de Artemoral
Fuente Grande
La Campa
La Solana
Las Bouzas
Las Colladinas
Las Corralinas
Los Molinos
Los Sarralones
Prados de Safaré
**Son algunos topónimos de lugares comunes de Urdiales que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**
Para hacer compras se desplazaban hasta Bembibre con las caballerías. En fechas más recientes también iban a Igüeña.
El cura venía desde Colinas del Campo de Martín Moro y más tarde era el de Igüeña el que venía a oficiar los actos religiosos montado en un caballo.
El médico venia a caballo por caminos muy montuosos desde Noceda cuando la situación lo requería.
Fatigoso trayecto tenía el cartero, que vivía en el vecino pueblo de Los Montes de la Ermita, bajaba a buscar la correspondencia a Igüeña para luego repartirla en estos dos pueblos y en Colinas del Campo.
Las fiestas patronales dedicadas a la Virgen del Rosario se celebraban en mayo.
Era muy celebrado el martes de Carnaval. La juventud iba por las calles del pueblo produciendo buen alboroto haciendo sonar campanos, cencerros y golpeando cacerolas. Luego las mujeres se vestían con ropas viejas e iban pidiendo casa por casa. Con lo obtenido (huevos, longaniza, pastas, etc) hacían una cena todas juntas en una casa.
El juego de bolos solía ser el entretenimiento de los jóvenes en los pocos ratos libres que había en aquellos tiempos.
Existía una cantina en el pueblo donde los hombres echaban unos tragos de vino y jugaban a las cartas.
En Urdiales existía la costumbre de echar el filandón en las largas noches de invierno, que consistía en una reunión de varios vecinos después de cenar en alguna casa sentados en los escaños alrededor de la lumbre contando historias, anécdotas y cuentos, pasando unas veladas agradables, a la par que algunas mujeres aprovechaban para hilar la lana. La gente joven también hacia una especie de filandón en alguna habitación o pajar donde se contaban chismes y vivencias.
A mediados del siglo XX la mayoría de los habitantes empezaron a ir a trabajar a las minas de carbón de Bembibre, lo que fue una de las causas de la emigración de sus vecinos, debido a que tenían que hacer largos trayectos por malos caminos y con todo tipo de inclemencias meteorológicas para ir a la mina, por lo que la gente optó por trasladarse a vivir al lado de donde tenía el trabajo. Esto unido al aislamiento que padecían y la falta de infraestructuras ocasionó la marcha paulatina de la población. Marcharon en su práctica totalidad a Bembibre, concentrados además en un mismo barrio de este pueblo.
El matrimonio formado por Laurentino Garzo y Guadalupe Crespo fueron los últimos en marchar de Urdiales, lo hicieron en mayo de 1971.
Después de estar el pueblo más de veinte años en completo estado de abandono, en 1998 se empezaron a rehabilitar algunas casas por los que se fueron y sus descendientes.
Actualmente están tratando de sacar adelante a Urdiales y que resucite de sus cenizas. Están llevando a cabo una incondicional labor de mejora del pueblo, han arreglado el camino de acceso, donde antes era un camino para caballerías ahora puede llegar cualquier vehículo, han recuperado las fiestas cambiándolas a julio (el segundo domingo) con numerosa presencia de los antiguos vecinos, tienen agua en las casas, luz de momento no pero lo solucionan con generadores, han hecho un merendero a la entrada y poco a poco este bellísimo pueblo del Alto Bierzo va superando escalones para conseguir salir a flote.
Informante: Antiguo vecino de Urdiales de Colinas (Conversación personal mantenida en su casa de Urdiales)
Visitas realizadas en septiembre de 1995, julio de 2009 y abril de 2023.
Punto y aparte. Es mi tercera visita a este singular y precioso pueblo escondido en los confines del Bierzo. Curiosamente las tres visitas llevan un intervalo de catorce años entre una y otra. Quedé prendado de la belleza de Urdiales (y de Los Montes de la Ermita) en aquella primera ocasión que llegué a este recóndito pueblo berciano. Y seguí "enamorado" de la belleza que emanaban estos dos pueblos en mi segunda visita y las mismas sensaciones se me han vuelto a manifestar en esta tarde primaveral que he transitado por las calles de Urdiales. No cambia su paisaje agreste ni su rusticidad, ni la perfecta simbiosis que mantiene con la naturaleza pero si ha cambiado en cuanto al aumento de casas rehabilitadas. A pesar de los inconvenientes que seguramente han tenido las gentes del lugar para poder levantar un pueblo que tocó fondo en aquellos años terribles de la despoblación, han seguido manteniendo su vinculo con el pueblo que les vio nacer (o en su defecto a sus progenitores) y el número de casas en buen estado ha ido a más en estos años, con cuentagotas pero si veo más viviendas recuperadas en relación a mi anterior visita. Ha mejorado mucho el acceso al pueblo (atrás queda la larga caminata que tuve que hacer en 1995 desde la carretera de Colinas con motivo de mi primera visita, por no estar el camino apto para todo tipo de vehículos). Hoy día ya si se puede llegar con cualquier medio de transporte (eso sí, siempre que no sea temporada invernal o de lluvias). Pero aún así no me encuentro con nadie en este día del mes de abril que está a punto de terminar (como tampoco me encontré a nadie en Los Montes por la mañana). Pensaba que podría ver a alguna de las gentes que han hecho de Urdiales su remanso de paz, su lugar para descansar y desconectar, pero no, nadie ha tenido la idea de venir a pasar el fin de semana por aquí. La verdad es que solo en la segunda visita (que fue en pleno verano) me encontré a un matrimonio aquí.
Si en las dos veces anteriores me acompañó un día gris, la niebla y una fina lluvía en esta ocasión no. Hay nubes y claros (más lo primero que lo segundo). El sol lucha por dejarse ver unas cuantas veces pero dura poco tiempo, las nubes no le dejan. Lo prefiero así. A mí estos pueblos de arquitectura oscura me gusta más verlos en días grises, opacos, sin el sol presente. Se acentúa más la belleza de las construcciones, si el sol las da de lleno no es lo mismo. Además el ambiente es más melancólico, más tristón y yo me muevo más a gusto en estos ambientes. Urdiales y Los Montes recomendables de ver siempre en días que el sol no esté presente.
La entrada al pueblo por el puente irradia la misma belleza de siempre, un anticipo de lo que el visitante se va a encontrar. Mucha alternancia de casas en ruinas con otras rehabilitadas. Hago el mismo recorrido que las veces anteriores. Un deleite visual me acompaña en todo momento. Presencia de madera y pizarra por todos lados. El nombre del pueblo se repite en trabajos artesanos de madera en diversas fachadas de viviendas debido seguramente a las buenas manos de algún carpintero local. Paso junto a la casa del cura la cual la veo ya caída, prácticamente solo queda el arranque de los muros. Es curioso que los mayores del lugar ya no conocieron a cura alguno viviendo en el pueblo pero el topónimo ha sobrevivido hasta nuestros días. En años remotos (bastante antes de la guerra civil) tuvo que haber sacerdote residiendo en el pueblo como lo atestigua el nombre con el que se conoce a esta edificación que está a punto de fenecer. Continuo transitando por el pueblo, contemplando detalles, admirando el buen trabajo de los albañiles de entonces, el buen gusto de los que han recuperado la vivienda familiar que han procurado que no desentone mucho con el ambiente. Todo ello da un conjunto muy armonioso a Urdiales. Salgo del pueblo por el otro extremo. Bajo a la campa que hay junto al río. Otra perspectiva del pueblo desde aquí. La iglesia en todo lo alto, y más alto aún los restos de la escuela. Vuelvo otra vez a adentrarme en el trazado urbano. Voy por otra calle bajera, llego otra vez hasta el epicentro del pueblo. Encamino mis pasos a la parte alta, llego hasta la iglesia. Preciosa, muy fotogénica. El cementerio se muestra a escasos metros pero muy acorralado por la vegetación. Contemplo las vistas desde aquí, los tejados de Urdiales y los cerros circundantes. Bajo otra vez para el pueblo. Llego hasta la otra punta de Urdiales, por aquí hay más edificaciones en estado ruinoso, pero que no desentonan. El silencio está bien presente. Ni un ruido altera la tranquilidad que impera en el ambiente. Me siento en un artístico escaño de nueva planta. Estoy unos minutos dejando pasar el tiempo, estoy bien así. Imagino cuando vivían todos ellos aquí. Me levanto de mi ensimismamiento y me dirijo hacia el puente que hay a la entrada, bajo por un sendero por la orilla del arroyo. Muchos detalles en las edificaciones para contemplar, en especial esos balcones corridos cerrados con tablazón que son otras obras de arte de los carpinteros de la época. Subo otra vez para arriba y tras cruzar el puente me encamino al pequeño grupo de casas que hay al otro lado formando un pequeño barrio. Precioso lugar esta parte de Urdiales. Rincones y calles muy pintorescos. La visita a Urdiales va tocando a su fin. Nadie ha aparecido en las dos horas que he estado aquí. Me siento en uno de los bancos del merendero antes de marchar para comer un poco de fruta. Que buenas sensaciones me llevo de Urdiales!! Como también me las llevé por la mañana de Los Montes de la Ermita. Mi contacto con estos dos pueblos han llevado un camino paralelo en muchos sentidos. Belleza, tranquilidad, soledad, silencio. Solo en la segunda visita que hice allá por el mes de julio de 2009 me encontré a un matrimonio en cada pueblo que habían ido a pasar el día. Hasta en eso han llevado muchas similitudes mis encuentros con estos recónditos pero maravillosos pueblos de El Bierzo. Si sigo con la alternancia de tiempo, dentro de catorce años me tocará hacer una nueva visita a Urdiales y a Los Montes. Como me los encontraré?
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Año 2009. El camino de acceso al pueblo, paralelo al río que lleva a uno de los pueblos más recónditos de la provincia de León: Urdiales de Colinas.
Año 2023. En el lado opuesto la entrada al pueblo se hacia por esta calle.
Año 2023. Entrando en el entramado urbano del pueblo.
Año 2023. Calle principal de Urdiales. Viviendas alineadas en el lado izquierdo.
Año 2009. Las mismas edificaciones de la imagen anterior vistas desde las alturas. La casa de en medio fue la última que se cerró en Urdiales. Buena desazón se llevaba la señora Guadalupe cuando alguien anunciaba su pronta marcha del pueblo viendo que Urdiales se iba quedando sin vecinos y se iban a quedar solos (como al final pasó).
Año 2023. Calle de Urdiales. Por todo el pueblo se entremezclan viviendas en ruinas con otras rehabilitadas.
Año 2009. La casa del cura (actualmente la vivienda está casí caida al completo).
Año 2023. La iglesia de Santa Bárbara en la parte más alta del pueblo. Las campanas y los santos se guardan en Igüeña para salvarlas del expolio, solo para las fiestas vuelven a su lugar original.
Año 2009. La escuela. El edificio situado a más altura en Urdiales. En los años en que el pueblo estuvo completamente vacío, "alguien" se cobijó entre sus muros e hizo una lumbre con resultado tan nefasto que ardió todo el edificio.
Año 2009. Vivienda rehabilitada, aquí estuvo antiguamente la taberna que hubo en Urdiales.
Año 2009. Arcaico y a la vez esplendido rincón con viviendas antiguas con el característico balcón corrido recubierto de tablazón.
Año 2023. Excelente ejemplo de arquitectura popular berciana.
Año 2023. Fachadas asomadas al cauce del arroyo.
Año 2023. Al otro lado del arroyo un pequeño grupo de casas muestran rincones muy pintorescos.
Año 2009. Calle de Urdiales. Escalera exterior o patín para acceder a la vivienda. La planta baja era para el ganado.
Siempre padeció un aislamiento muy severo, alejado de otros pueblos y con muy malas comunicaciones. Sufrían unos inviernos muy largos con abundancia de nieve y veranos muy cortos.
Llegó a contar en sus buenos tiempos con unas treinta y cinco viviendas.
Antiguamente tuvieron luz eléctrica en las casas proveniente de un salto de agua llamado ¨La fábrica¨ río arriba del pueblo pero algunos vándalos dañaron las instalaciones y tuvieron que volver a iluminarse con candiles.
Contaban con abundante leña de roble para calentar la lumbre de los hogares.
La ganadería se repartía entre vacas, ovejas y cabras.
Sus tierras de cultivo estaban sembradas principalmente de centeno.
Había molino junto al río para moler el grano.
Cada casa tenía su horno para hacer el pan.
Barcebatín
Barranco de Urdiales
Campa Prarca
Campocorral
El Flechar
Fuente de Artemoral
Fuente Grande
La Campa
La Solana
Las Bouzas
Las Colladinas
Las Corralinas
Los Molinos
Los Sarralones
Prados de Safaré
**Son algunos topónimos de lugares comunes de Urdiales que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**
Para hacer compras se desplazaban hasta Bembibre con las caballerías. En fechas más recientes también iban a Igüeña.
El cura venía desde Colinas del Campo de Martín Moro y más tarde era el de Igüeña el que venía a oficiar los actos religiosos montado en un caballo.
El médico venia a caballo por caminos muy montuosos desde Noceda cuando la situación lo requería.
Fatigoso trayecto tenía el cartero, que vivía en el vecino pueblo de Los Montes de la Ermita, bajaba a buscar la correspondencia a Igüeña para luego repartirla en estos dos pueblos y en Colinas del Campo.
Las fiestas patronales dedicadas a la Virgen del Rosario se celebraban en mayo.
Era muy celebrado el martes de Carnaval. La juventud iba por las calles del pueblo produciendo buen alboroto haciendo sonar campanos, cencerros y golpeando cacerolas. Luego las mujeres se vestían con ropas viejas e iban pidiendo casa por casa. Con lo obtenido (huevos, longaniza, pastas, etc) hacían una cena todas juntas en una casa.
El juego de bolos solía ser el entretenimiento de los jóvenes en los pocos ratos libres que había en aquellos tiempos.
Existía una cantina en el pueblo donde los hombres echaban unos tragos de vino y jugaban a las cartas.
En Urdiales existía la costumbre de echar el filandón en las largas noches de invierno, que consistía en una reunión de varios vecinos después de cenar en alguna casa sentados en los escaños alrededor de la lumbre contando historias, anécdotas y cuentos, pasando unas veladas agradables, a la par que algunas mujeres aprovechaban para hilar la lana. La gente joven también hacia una especie de filandón en alguna habitación o pajar donde se contaban chismes y vivencias.
A mediados del siglo XX la mayoría de los habitantes empezaron a ir a trabajar a las minas de carbón de Bembibre, lo que fue una de las causas de la emigración de sus vecinos, debido a que tenían que hacer largos trayectos por malos caminos y con todo tipo de inclemencias meteorológicas para ir a la mina, por lo que la gente optó por trasladarse a vivir al lado de donde tenía el trabajo. Esto unido al aislamiento que padecían y la falta de infraestructuras ocasionó la marcha paulatina de la población. Marcharon en su práctica totalidad a Bembibre, concentrados además en un mismo barrio de este pueblo.
El matrimonio formado por Laurentino Garzo y Guadalupe Crespo fueron los últimos en marchar de Urdiales, lo hicieron en mayo de 1971.
Después de estar el pueblo más de veinte años en completo estado de abandono, en 1998 se empezaron a rehabilitar algunas casas por los que se fueron y sus descendientes.
Actualmente están tratando de sacar adelante a Urdiales y que resucite de sus cenizas. Están llevando a cabo una incondicional labor de mejora del pueblo, han arreglado el camino de acceso, donde antes era un camino para caballerías ahora puede llegar cualquier vehículo, han recuperado las fiestas cambiándolas a julio (el segundo domingo) con numerosa presencia de los antiguos vecinos, tienen agua en las casas, luz de momento no pero lo solucionan con generadores, han hecho un merendero a la entrada y poco a poco este bellísimo pueblo del Alto Bierzo va superando escalones para conseguir salir a flote.
Informante: Antiguo vecino de Urdiales de Colinas (Conversación personal mantenida en su casa de Urdiales)
Visitas realizadas en septiembre de 1995, julio de 2009 y abril de 2023.
Punto y aparte. Es mi tercera visita a este singular y precioso pueblo escondido en los confines del Bierzo. Curiosamente las tres visitas llevan un intervalo de catorce años entre una y otra. Quedé prendado de la belleza de Urdiales (y de Los Montes de la Ermita) en aquella primera ocasión que llegué a este recóndito pueblo berciano. Y seguí "enamorado" de la belleza que emanaban estos dos pueblos en mi segunda visita y las mismas sensaciones se me han vuelto a manifestar en esta tarde primaveral que he transitado por las calles de Urdiales. No cambia su paisaje agreste ni su rusticidad, ni la perfecta simbiosis que mantiene con la naturaleza pero si ha cambiado en cuanto al aumento de casas rehabilitadas. A pesar de los inconvenientes que seguramente han tenido las gentes del lugar para poder levantar un pueblo que tocó fondo en aquellos años terribles de la despoblación, han seguido manteniendo su vinculo con el pueblo que les vio nacer (o en su defecto a sus progenitores) y el número de casas en buen estado ha ido a más en estos años, con cuentagotas pero si veo más viviendas recuperadas en relación a mi anterior visita. Ha mejorado mucho el acceso al pueblo (atrás queda la larga caminata que tuve que hacer en 1995 desde la carretera de Colinas con motivo de mi primera visita, por no estar el camino apto para todo tipo de vehículos). Hoy día ya si se puede llegar con cualquier medio de transporte (eso sí, siempre que no sea temporada invernal o de lluvias). Pero aún así no me encuentro con nadie en este día del mes de abril que está a punto de terminar (como tampoco me encontré a nadie en Los Montes por la mañana). Pensaba que podría ver a alguna de las gentes que han hecho de Urdiales su remanso de paz, su lugar para descansar y desconectar, pero no, nadie ha tenido la idea de venir a pasar el fin de semana por aquí. La verdad es que solo en la segunda visita (que fue en pleno verano) me encontré a un matrimonio aquí.
Si en las dos veces anteriores me acompañó un día gris, la niebla y una fina lluvía en esta ocasión no. Hay nubes y claros (más lo primero que lo segundo). El sol lucha por dejarse ver unas cuantas veces pero dura poco tiempo, las nubes no le dejan. Lo prefiero así. A mí estos pueblos de arquitectura oscura me gusta más verlos en días grises, opacos, sin el sol presente. Se acentúa más la belleza de las construcciones, si el sol las da de lleno no es lo mismo. Además el ambiente es más melancólico, más tristón y yo me muevo más a gusto en estos ambientes. Urdiales y Los Montes recomendables de ver siempre en días que el sol no esté presente.
La entrada al pueblo por el puente irradia la misma belleza de siempre, un anticipo de lo que el visitante se va a encontrar. Mucha alternancia de casas en ruinas con otras rehabilitadas. Hago el mismo recorrido que las veces anteriores. Un deleite visual me acompaña en todo momento. Presencia de madera y pizarra por todos lados. El nombre del pueblo se repite en trabajos artesanos de madera en diversas fachadas de viviendas debido seguramente a las buenas manos de algún carpintero local. Paso junto a la casa del cura la cual la veo ya caída, prácticamente solo queda el arranque de los muros. Es curioso que los mayores del lugar ya no conocieron a cura alguno viviendo en el pueblo pero el topónimo ha sobrevivido hasta nuestros días. En años remotos (bastante antes de la guerra civil) tuvo que haber sacerdote residiendo en el pueblo como lo atestigua el nombre con el que se conoce a esta edificación que está a punto de fenecer. Continuo transitando por el pueblo, contemplando detalles, admirando el buen trabajo de los albañiles de entonces, el buen gusto de los que han recuperado la vivienda familiar que han procurado que no desentone mucho con el ambiente. Todo ello da un conjunto muy armonioso a Urdiales. Salgo del pueblo por el otro extremo. Bajo a la campa que hay junto al río. Otra perspectiva del pueblo desde aquí. La iglesia en todo lo alto, y más alto aún los restos de la escuela. Vuelvo otra vez a adentrarme en el trazado urbano. Voy por otra calle bajera, llego otra vez hasta el epicentro del pueblo. Encamino mis pasos a la parte alta, llego hasta la iglesia. Preciosa, muy fotogénica. El cementerio se muestra a escasos metros pero muy acorralado por la vegetación. Contemplo las vistas desde aquí, los tejados de Urdiales y los cerros circundantes. Bajo otra vez para el pueblo. Llego hasta la otra punta de Urdiales, por aquí hay más edificaciones en estado ruinoso, pero que no desentonan. El silencio está bien presente. Ni un ruido altera la tranquilidad que impera en el ambiente. Me siento en un artístico escaño de nueva planta. Estoy unos minutos dejando pasar el tiempo, estoy bien así. Imagino cuando vivían todos ellos aquí. Me levanto de mi ensimismamiento y me dirijo hacia el puente que hay a la entrada, bajo por un sendero por la orilla del arroyo. Muchos detalles en las edificaciones para contemplar, en especial esos balcones corridos cerrados con tablazón que son otras obras de arte de los carpinteros de la época. Subo otra vez para arriba y tras cruzar el puente me encamino al pequeño grupo de casas que hay al otro lado formando un pequeño barrio. Precioso lugar esta parte de Urdiales. Rincones y calles muy pintorescos. La visita a Urdiales va tocando a su fin. Nadie ha aparecido en las dos horas que he estado aquí. Me siento en uno de los bancos del merendero antes de marchar para comer un poco de fruta. Que buenas sensaciones me llevo de Urdiales!! Como también me las llevé por la mañana de Los Montes de la Ermita. Mi contacto con estos dos pueblos han llevado un camino paralelo en muchos sentidos. Belleza, tranquilidad, soledad, silencio. Solo en la segunda visita que hice allá por el mes de julio de 2009 me encontré a un matrimonio en cada pueblo que habían ido a pasar el día. Hasta en eso han llevado muchas similitudes mis encuentros con estos recónditos pero maravillosos pueblos de El Bierzo. Si sigo con la alternancia de tiempo, dentro de catorce años me tocará hacer una nueva visita a Urdiales y a Los Montes. Como me los encontraré?
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Año 2009. El camino de acceso al pueblo, paralelo al río que lleva a uno de los pueblos más recónditos de la provincia de León: Urdiales de Colinas.
Año 2009. Vista de Urdiales desde el río del mismo nombre.
Año 2023. Preciosa entrada a Urdiales.
Año 2023. En el lado opuesto la entrada al pueblo se hacia por esta calle.
Año 2023. Entrando en el entramado urbano del pueblo.
Año 2023. Calle principal de Urdiales. Viviendas alineadas en el lado izquierdo.
Año 2009. Las mismas edificaciones de la imagen anterior vistas desde las alturas. La casa de en medio fue la última que se cerró en Urdiales. Buena desazón se llevaba la señora Guadalupe cuando alguien anunciaba su pronta marcha del pueblo viendo que Urdiales se iba quedando sin vecinos y se iban a quedar solos (como al final pasó).
Año 2023. Calle de Urdiales. Por todo el pueblo se entremezclan viviendas en ruinas con otras rehabilitadas.
Año 2009. La casa del cura (actualmente la vivienda está casí caida al completo).
Año 2009. Viviendas.
Año 2023. La iglesia de Santa Bárbara en la parte más alta del pueblo. Las campanas y los santos se guardan en Igüeña para salvarlas del expolio, solo para las fiestas vuelven a su lugar original.
Año 2023. Cementerio.
Año 2009. La escuela. El edificio situado a más altura en Urdiales. En los años en que el pueblo estuvo completamente vacío, "alguien" se cobijó entre sus muros e hizo una lumbre con resultado tan nefasto que ardió todo el edificio.
Año 2009. Tejados de Urdiales.
Año 2009. Vivienda rehabilitada, aquí estuvo antiguamente la taberna que hubo en Urdiales.
Año 2009. Arcaico y a la vez esplendido rincón con viviendas antiguas con el característico balcón corrido recubierto de tablazón.
Año 2023. Calle de Urdiales.
Año 2023. Fachadas asomadas al cauce del arroyo.
Año 2023. Al otro lado del arroyo un pequeño grupo de casas muestran rincones muy pintorescos.
Año 2009. Calle de Urdiales. Escalera exterior o patín para acceder a la vivienda. La planta baja era para el ganado.
Año 2009. Viviendas.
Año 2009. Fuente.
Un pueblo muy bonito y rustico tubo que tener mucho encanto sobre todo su entrada sobre el puente muy bonito. Carlos
ResponderEliminarMas impresionante es verlo en realidad.llegar llegamos pero reventamos dos ruedas.
ResponderEliminarLo he visto con mis ojos impresiona, muy bonito
ResponderEliminarAnónimo del 8 de marzo, no se lo que habrás hecho para reventar dos ruedas, yo he subido muchas veces y no he roto ninguna, el camino es una pista de tierra pero está bastante bien, no es para tanto.
ResponderEliminarYo era un habitante de Primout (aldea que está al otro lado de un monte de Urdiales de Colinas). Era el año 1993. Por entonces Primout estaba ocupado por una comunidad Hippie, que en su momento fue famosa a nivel periodístico. Incluso se hizo un rainbow en el verano de 1993 (encuentro de gentes libres)a nivel nacional. Yo conocí Urdiales de Colinas porque me hablaron de esta aldea en Primout. Me fuí con una mochila cargada de comida para pasar una temporada allí. Cuando llegué a la cima del monte, que estaba nevado, tuve que tirar casi todo el peso porque no podía avanzar en la nieve. Llegué a Urdiales de Colinas y entré en otro tiempo. Sólo se escuchaba el río que baña su valle. No había nadie. Todas las casas estaban en ruinas o semiderruidas. Me instalé en una que, más o menos, estaba acondicionada para vivir. Me impresionó la caballería semisalvaje que rondaba por allí. Me alimenté de ortigas que combiné con arroz y algunas patatas. Estuve del 16 de abril al 7 de mayo de 2003. Aunque pasé hambre, no pude marcharme de allí porque las cumbres aparecían nevadas y no quería arriesgarme. Fueron los días más sublimes de mi vida. Entré en las casas respetando su memoria. Visité la iglesia vacía y en ruinas; pero espiritualmente viva. En definitiva: tuve la suerte de ser el único habitante de Urdiales de Colinas, junto a caballos, yeguas y algunas vacas bravas. Me impresionó tan vivamente la estancia, y en homenaje, mi pseudónimo de escritor quedó en: José Urdiales de Colinas. Y allí, en aquel sagrado silencio, empecé a proyectar mi libro: Reflejos de Nadie. Ampliamente comentado en la web. Ojalá el espíritu de aquel territorio de nadie no desaparezca con la civilización.
ResponderEliminarSaludos Fautino.
ResponderEliminarEnhorabuena por la temática de tu blog. Comparto contigo el respeto y el amor por el modo de vida de nuestos ancestros. Precisamente acabo de llegar de hacer unas localizaciones en Los Montes de la Ermita y Colinas del Campo de Martín Moro Toledano para una colección de arte panorámico que estoy realizando desde hace años. Pronto tendré que volver para realizar el trabajo final.
Si queréis visitarla mientras tanto: http://www.attlantis.com/panoramicas
Un cordial y cálido recuerdo a todos aquellos blogeros que te siguen y todos aquellos que lloraron por sus pueblos al tener que abandonarlos.
Muy bonito e interesante , estoy buscando lo mismo pero en Asturia ,un tema para el aficionado a la fotografía si puedes ayudar en algo te lo agradecería, tal como información gracias y un saludo
ResponderEliminar¡Qué penita que un sito tan chulo pueda caer en la ruina! Un complejo de turismo rural sería ideal. Sin querer me ha salido un ripio.
ResponderEliminarComo no veo nada sobre mi tierra, Galicia he venido a parar cerca.
Saludos
Estupendo blog, repito.
Pues justamente he estado conociendo Igüeña hace poco... Hoy he visto la pequeña entrevista que te han hecho en tve 24 horas.No conocía tu blog pero en 1º lugar te doy la enhorabuena por el contenido, las excelentes imágenes.Todo hecho por lo que veo con pasión y sentimiento. Yo soy de el noroeste de Zamora, de la comarca de LA Carballeda. En esta zona también hay pueblos abandonados y otros desaparecidos bajo embalses. Si quieres te paso mas información de ellos por si quieres acercarte alguna vez. Como amnte del mundo rural que soy me interesa bastante todo este tema asique seguiré tu blog. Te quiero pasar un enlace de video de un poema de un poeta de mi pueblo que se llama Argimiro Crespo. El poema se titula "campesino no te vayas" y guarda bastante relación con la temática de este blog.Las imágenes que lo acompañan son de un pueblo abandonado o casi abandonado de esta zona de Zamora.Un saludo
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=7TC-SJmCgIA
Javier Alonso
www.flickr.com/photos/javicode/
Hola muy buen articulo aunque con alguna correccion los ultimos en marchar del pueblo fueron mis abuelos, Guadalupe Crespo Tejon y su marido Laurentino Garzo, el dia 1 o 2 de mayo de 1971. Esto me lo ha confirmado mi abuela hoy mismo.
ResponderEliminarAl anónimo que dice que se le reventaron dos ruedas visitando Urdiales. Demuestras que no lo visitaste, por que aunque el camino no está asfaltado si que está en buenas condiciones para ir con coche normal. Yo tengo una casa en Urdiales que me vendieron los hijos de los últimos habitantes de este pueblo. Haber si pasa la crisis y me pongo a restaurarla. El año pasado hicimos una ruta de senderismo a la que llamamos los cuatro valles de colinas y que partiendo de Colinas subimos a Los Montes, de ahí bajamos al pueblo viejo de los montes y pasamos a Urdiales, donde nos esperaba una buena paella. Este es el enlace por si quereis verlo. https://www.youtube.com/watch?v=RcqMVbxYsT0&index=17&list=PLKePLv6h5FX_BIep7SyUiJjG_sEJRGonD
ResponderEliminarPor otra parte en el blog de la Asociación que presido tengo un trabajo sobre los pueblos deshabitados de el Bierzo y pongo un enlace a esta página por si la gente quiere tener una amplia información. Muy buen trabajo, un saludo.
http://acarlaribera.blogspot.com.es/p/etnografia-tradiciones-y-costumbres.html
Objetivamente el camino desde luego no se ve en las fotos como para ir alegremente con un coche "normal", otra cosa es que el comentario de "haber reventado dos ruedas" parezca un tanto extraño. Saludos.
EliminarBuena tarde Faustino . valla puéblo tan pintoresco me gusta mucho los prados y tiene pinta de tener alboles frutales como las cerezas. Pues cuando e leído su reportaje me a venido a lamente Valdepinillos pues les paso una cosa parecida menos mal que estuvo muy poco tiempo solo pues sus vecinos . loan restaurado y esta precioso . les digo halos vecino de Undiales que sigan para adelante que no se les pierdan las raíces y los jobenes le tomen merito a sus ante pasado el cual lucharon con tantos inconvenientes . sin mas un saludo de una fiel segidora Natividad gil garcia
ResponderEliminarLas gentes de Urdiales están haciendo un buen trabajo de recuperación del pueblo, hay diversas mejoras que hacen la estancia en este precioso pueblo un poco más cómoda.
EliminarAfortunadamente es un proceso que se esta dando en muchos pueblos, los descendientes de los que se fueron están tomando conciencia de que no se puede perder así como así lo que tanto sacrificio costó levantar a sus antepasados.
Un abrazo Nati.
El mejor ejemplo de arquitectura rural de todo el Bierzo Alto. Tuve la suerte de visitarlo el año pasado un dia de nevada que acentuaba la preciosidad del entorno. Una maravilla pasear por sus calles y las cruces antiguas del cementerio. Importante el todoterreno para llegar por los siete km de pista que hay desde la carretera
ResponderEliminarSino el mejor si uno de los mejor conservados, añadiría también Los Montes y Primout.
EliminarEl pueblo es espectacular en cualquier época del año pero con nieve ya tiene que ser el no va más.
Saludos.
Precioso pueblito. Los caminos y los tejados mojados por el agua de la lluvia (a pesar de tu visita en pleno verano) dan un plus de dramatismo al abandono. Con la nieve, tal como comenta uno de los lectores del blog, aún será mayor y por supuesto acentuará su belleza ya de por sí considerable. Su distancia hasta las carreteras transitadas y la paulatina rehabilitación de alguna vivienda probablemente salven este pueblecito encantador del completo deterioro.
ResponderEliminarUn abrazo desde Huelva.
Si las piedras y las losas de pizarra en estos pueblos no rezumaran agua no sería lo mismo.
EliminarAumenta considerablemente la sensación de tristeza. Estos pueblos los ves en un día de sol radiante y no te dan las mismas sensaciones.
Pero es en esa singular tristeza donde se concentra toda la belleza de Urdiales y otros pueblos del contorno. Bonito como pocos.
Este hermoso pueblo se va a salvar del completo abandono por el buen hacer de sus vecinos, de hecho ya lo ha hecho. Conocí este lugar en la década de los 90 y estaba bastante más deteriorado que ahora.
Un abrazo Antonio.
Fe García martes 9 Noviembre parecen preciosos todos los comentarios de ese que es el pueblo donde nací y viví los años mas felices de mi vida gracias un abrazo
ResponderEliminarPrecioso pueblo,lo visite la semana pasada,vale la pena,su río,sus casas sus vacas pastando libremente,un rato de felicidad en la más estricta tranquilidad.
ResponderEliminarHace tres años visité este pueblo durante unas vacaciones por la zona,lo,primero decir que la pista es buena y con cuidado llega cualquier coche,lo demás en las fotos que plasmas se ve lo impresionante de lo que fue y de lo que todavía es,sus calles empinadas y sus tejados de pizarra son encantadores,el ganado se pasea libremente y algún susto nos dio...pero no pasó de ahí jaja,el río pasando a ran del pueblo con esas aguas tan claras y frescas,en fin maravilloso.
ResponderEliminarPor cierto este fue mi primer pueblo abandonado (qué no destruido)que visite.
Todos tenemos un primer pueblo deshabitado que recordar como primera visita. Simplemente por eso ya le guardamos un cariño especial y nos viene al recuerdo en numerosas ocasiones.
EliminarEn tu caso no pudo ser un pueblo más bonito como este de Urdiales. Precioso de arriba abajo. Su ubicación, su arquitectura, su trazado urbano, su tranquilidad... todo ello hacen de Urdiales un lugar para recordar, para volver.
Un cordial saludo.
ESo es la memoria de nuestros pueblos ni puede ni deben caer en el olvido, aunque las piedras y el barro vuelvan nuevamente a la tierra de donde han salido.
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Hoy lo hemos visitado, en mi caso varias veces ya. Con todo el respeto al entorno sus casas, sus piedras, sus dos ríos y sus huertos, estos últimos preciosos y muy cuidados. Volveremos. https://www.facebook.com/fernandezvecino/posts/10223709998206310?notif_id=1594677008062657¬if_t=feedback_reaction_generic
ResponderEliminarVisite el miércoles 16 septiembre 2020 partiendo de Colinas del Campo, los pueblos los Montes de la Ermita y Urdiales de Colinas, tengo una grata impresión tanto del recorrido a través de sendas algunas perdidas cómo de los dos pueblos, sin embargo me han decepcionado algunas de las rehabilitaciones efectuadas, creo que deberían de respetar un poco el trabajo que los antepasados, que crearon una arquitectura perfectamente integrada con los elementos que disponían y que debería respetarse siempre lógicamente introduciendo las comodidades que se nos ofrece hoy
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