Garranzo (La Rioja)


Recostado suavemente en el declinar de una loma sobre el barranco El Valle se sitúa el precioso pueblo de Garranzo. Fue pedanía del ayuntamiento de Poyales junto con El Villar y Navalsaz hasta que en el último cuarto de siglo se incorporaron al de Enciso.
Unas treinta y cinco viviendas componían el pueblo, algunas de ellas de gran volumen y con magnificas muestras de arquitectura popular.

Alto de la Cubilla
Alto de los Barranquillos
Barranco Cuartero
Barranco del Robredo
Cabezo de los Avellanos
Cabezo del Espigar
Cabezuelos
Carrón del Espigar
Cerradilla del Pontón
Collado del Alcalde
Colladillo
Costero del Acerejo
Cruz de la Senoba
Cuartero
El Calañado
El Calvario
El Magrero
Fuente La Mata
Fuente Ortín
Hayedo Sarranco
Horcajuelo
La Abejera
La Hoya
La Lastriza
La Mata
La Zarzuela
Las Alegas
Las Matas
Los Carrones
Los Avellanos
Los Navalios
Los Villares
Llano Medrazo
Llano de las Herreras
Monte de la Mosa
Peña de la Cueva
Prado Juana
Quebrada
Regacho de la Cebollera
Senoba
Solana de Casilla
Umbría La Mata
Umbría Vallejoterrero
Valdeaguilar
Vallejondo

**Son algunos topónimos de lugares comunes de Garranzo que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**


Llegaron a tener luz eléctrica en las casas proveniente del molino Gil de Las Ruedas pero en años posteriores los vecinos prescindieron de ese adelanto al considerarlo muy costoso, por lo que tuvieron que volver a los candiles de carburo como fuente de iluminación.
Duros inviernos los que padecían en este elevado pueblo (a 1030 metros de altitud, el más alto de la comarca) donde la ganadería era su punto fuerte con la presencia de buenos rebaños de ovejas. Ovejas que se utilizaban para la cría de corderos que eran vendidos en Arnedo. Su lana se bajaba a Enciso donde era aprovechada en sus fabricas textiles.
Trigo y cebada eran sus principales producciones agrícolas.
A moler el grano acudían al molino Gil en Las Ruedas o al molino Los Ruices en Enciso indistintamente.
Mucho árbol de carrasca tenían en su término, cuya leña se vendía en Enciso para los hornos de las fábricas textiles y para los de las panaderías.
Fábricas de paños y de zapatillas a las que bajaban varios garranceños a trabajar para aportar un complemento a la economía de la casa.
Los domingos bajaban al mercado que se celebraba en Enciso a vender quesos, gallinas y conejos entre otros productos y de paso realizar algunas compras.
Los lunes era el turno de acudir al mercado de San Pedro Manrique (Soria).
A Enciso bajaba la juventud los domingos por la tarde a disfrutar del baile y  el cine que allí se daba.

Tenían cura residente en el pueblo, don Valentín, que llevaba también el pueblo de Las Ruedas. A su fallecimiento subía el coadjutor de Enciso.
También el cartero residía en Garranzo: Santos, que con el macho recogía la correspondencia en Enciso y la repartía además de en su pueblo por El Villar, Poyales, Navalsaz y Ambasaguas.
El médico subía en caballería desde Enciso (don Blas).
Del pueblo soriano de La Vega venia Agapito, el herrero.

Santa Marina era la patrona de Garranzo en cuyo honor celebraban las fiestas patronales el día 14 de septiembre. Realizaban una misa y una procesión como actos religiosos más significativos.
Había costumbre de matar un cordero en cada casa para degustar con familiares y allegados. Por supuesto que no faltaba durante toda la fiesta el zurracapote (bebida típica de la zona, consistente en mezclar vino con diversas frutas como podían ser el melocotón, la naranja y el limón, aderezado con azúcar). Zurracapote que era sufragado por el ayuntamiento.
Se realizaba el baile en una era y después de cenar en la casa concejo. La música corría a cargo de músicos del pueblo: Santos con el clarinete y Demetrio con el tambor, años más tarde a este le sustituyó José.
Pero había un personaje que ponía la nota llamativa en la fiesta y este no era otro que Esteban, apodado Fu Manchú. Se tiznaba la cara de negro, se ponía una cornamenta en la cabeza y una piel de chivo en la espalda y recorría todo el pueblo asustando a los presentes, incluso llevaba una vejiga de cerdo entre las piernas llena de agua que vaciaba sobre todo aquel que pillaba distraído. Gran recuerdo se tiene de este personaje que ponía un toque extra de animación. Una caracterización muy lograda al decir de quienes lo conocieron.
Era costumbre de realizar campeonato de juego de bolos en la fiesta.
El 2 de febrero celebraban Las Candelas donde era costumbre La Tajada que se llevaba a cargo por los mozos, estos iban pidiendo casa por casa y con lo obtenido (tocino, chorizo, morcilla, etc) lo degustaban preparándolo en una hoguera o en alguna casa.
El domingo de Pascua había tradición de la quema del Judas. Lo hacían los jóvenes rellenando con paja un muñeco elaborado con ropa vieja. Se colgaba de una pared a otra y se quemaba después de misa.
En junio tenían un día festivo dedicado a San Antonio con una misa en la ermita que lleva su nombre.
Acudían en mayo a la romería de la ermita de San Sebastián de El Villar, juntamente con los de este pueblo y los de Poyales y Navalsaz. Cada pueblo iba portando su pendón correspondiente. Antiguamente era obligatorio que fuera al menos una persona de cada casa. Hacían una misa y al finalizar el sacerdote daba a besar una reliquia de San Sebastian. A la hora de comer buscaban acomodo en los alrededores y degustaban lo que llevaban en las alforjas, después se realizaba el baile en un prado y se hacía la rifa de un ramo de roscos, terminando el día con baile en El Villar.

A Enciso, Arnedo y Logroño fueron marchando los garranceños en los años 50 y 60 debido al cierre de las fabricas textiles que había en Enciso, al aislamiento que padecían, la falta de servicios y la búsqueda de otra alternativa para mejorar la calidad de vida.
Santos (el cartero y gaitero) y su mujer Felisa fueron los últimos de Garranzo. Su marcha se produjo en 1971. A partir de entonces este bonito pueblo fue pasto de los expoliadores y saqueadores.

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Informante: Rafael Lafuente, antiguo vecino de Garranzo (Conversación personal mantenida en la plaza de Enciso).
-Los topónimos están extraídos de la página web Errioxa. Luis Manuel Fernández: "Recopilación de topónimos de Enciso, Garranzo..."


Visitas realizadas en mayo de 1995, marzo de 2009 y mayo de 2013.

PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.

Año 1995. Vista panorámica de Garranzo.




Foto cedida por Luis Díaz

Año 2017. Preciosa perspectiva de Garranzo a vista de dron.



Año 2013. Vista parcial de Garranzo.




Año 2013. Entrando a Garranzo por la calle Mayor.




Año 2013. Calle Mayor.




Año 2013. La casa de Santos y Felisa, la última que se cerró en Garranzo.



Año 2009. La casa del tío José. Arquitectura de la piedra. Amplitud. Preciosa.



Año 2009. Confluencia de la calle Mayor con la calle Corta.




Año 2009. Plaza Mayor de Garranzo. La casa del tío Nicasio asomando a ella.



Año 2013. Apenas quedan restos de la escuela. El suelo se ha hundido. Como huella quedan las marcas de las pizarras que había en las paredes. Debajo se encontraba situada la fragua.



Año 2013. La casa concejo, situada en la planta baja, la de arriba era la vivienda de la maestra.



Año 2009. Calle de la Iglesia. Voluminosas viviendas.




Año 2013. Calle de la Iglesia. La casa del cura a la izquierda.




Año 2013. La casa del tío Roque.




Año 2013. San Pedro de Garranzo. Belleza en su sencillez. Del siglo XVI. Pórtico de tres arcos.




Año 2013. Interior de la iglesia. Altar mayor y altares laterales.




Año 2103. Interior de la iglesia.




Año 2013. Era empedrada y espadaña de la iglesia.




Año 2013. Ermita de San Antonio. Del siglo XVII.




Año 2013. A unos centenares de metros quedan los escasos restos del barrio Chiquito de Garranzo. Unas cinco o seis viviendas lo componían. Abandonado mucho antes de que lo fuera el pueblo.



La fuente de Garranzo.
Año 1951
Se construyo esta fuente
siendo alcalde de Garranzo
Gabriel Ochoa.




Año 2013. La fuente vieja y abrevadero anexo. A diez minutos del pueblo.

Villaescusa de Palositos (Guadalajara)

¿Se puede comprar un pueblo para derribarlo? Pues eso es lo que ha pasado con Villaescusa de Palositos. Compraron parcialmente el pueblo y derribaron lo propio y lo ajeno, edificios públicos y privados sin consentimiento alguno de sus propietarios.
No fueron las inclemencias meteorológicas, ni la vegetación, ni el extremo deterioro de los edificios por el expolio de las tejas (aunque también lo sufrió). Fue simplemente la mano destructora del hombre la que acabó con siglos de existencia.
Y no solo derribado sino que también enjaulado para que nadie pueda acercarse al pueblo o mejor dicho a lo que queda de él. Su fisonomía no existe y su trazado urbano se ha evaporado. Solo queda la iglesia y el cementerio.
Fue Villaescusa un bonito pueblo cuyos edificios se desparramaban por un altozano del terreno. Un típico pueblo de trazado y hechura medieval.
Unas cuarenta viviendas llegaron a componer el pueblo en su época de mayor esplendor aunque en la década de los 60 se habían reducido a la mitad las casas abiertas, contando con una población estimada en unas 60 personas en esos mismos años, incluidas tres familias de pastores y un par de familias de carboneros, todas ellas venidas de fuera.

Albariza
Alto del Quemado
Bacho de la Carrasca
Bacho del camino de Chillarón
Ballesteros
Barranco Peñas Rubias
Boquilla de La Olmeda
Boquilla de Los Ballesteros
Cabeza de la Dehesa
Cabeza de la Vega
Cabeza del Monte
Calderón
Camino de Solana
Camino de Viana
Cañadillas
Carraescamilla
Carrascalejo
Cerrillo de Los Santos
Cerrillo Muñate
Cerro del Espino
Chopo Caravallas
Chorrera
Corral de la tía Modesta
Corrales de Abajo
Dehesa Boyal
El Arrastradero
El Calvario
El Gamellón
El Llanillo
El Molino
Eras de San Roque
Eras del Cantón
Fuente de la Olmeda
Fuente de las Nogueras
Haza de Jaranas
Haza de la Zarza
Hoya de la Poza
Hoya de las Colmenillas
Hoya de San Roque
Hoya Merchante
Huerto de los Arcos
Huerto de los Reyes
Huerto de San Roque
La Coronilla
La Matilla
La Muela
La Veguilla
Las Colmenillas
Las Pozas
Los Majanos
Los Paredones
Monte de San Román
Navajo Renero
Noguera de la Fuente
Noguera de San Roque
Noguerilla de Anselmo
Peñas del Chaparrete
Prado Valdepareja
Puente del Prado
Reguera de la Hijuela
Rocho de la Calera
San Roque
Senda de la Carrasca
Torzares
Val de las Muelas
Val de Santa María
Valdelagua
Valhondo
Vallejo Carrera

**Son algunos topónimos de lugares comunes de Villaescusa de Palositos que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**



Como casi todo el mundo rural vivían en una economía de subsistencia con sus tierras sembradas de trigo, cebada, centeno, avena, yeros, patatas y judías entre otros productos. Aparte de ello una vez terminada la recolección se segaba espliego que les procuraba unos ingresos adicionales. No faltaba tampoco la miel para uso común.
El grano se llevaba a moler a los molinos de Viana y de Solana.
En la ganadería la oveja era el animal primordial, estando en segundo lugar las cabras y algo menos las vacas. Ganado que se llevaba en ocasiones a la feria de Cifuentes a vender y otras veces eran tratantes de Trillo los que aparecían por Villaescusa para comprarlos.
La caza también suponía un aporte extra, donde no faltaban los conejos, liebres, perdices y codornices.

Llegaron a conocer la luz eléctrica en los años 60 por una línea que provenía de Peralveche, pero en el año 68 se quemó el transformador y ya no se arregló.
Había tienda en el pueblo hasta los años 50 atendida por
Juan Benito y también había taberna regentada por Avelina y Severiano.
Aparte de ello los vendedores ambulantes les suministraban productos básicos que no había en el pueblo (azúcar, café, arroz, sal, chocolate, etc) además de tela, calzado. Por allí aparecían María de Pareja, Pedro de Alique, Mariano de Salmerón o Jacinto de Escamilla. No faltaban tampoco los chamarileros que apañaban algún caldero o utensilios de cobre o barro.
En otras ocasiones eran los villaescuseros los que hacían desplazamientos para hacer compras, con una mula iban a los pueblos grandes como eran Sacedón o Cifuentes a comprar algún aparejo o algún mueble. A Morillejo se desplazaban a por vino y aguardiente.

-Se formaban dulas con el ganado. Las dulas consistían en formar rebaños de ganado que cada vecino aportaba y que guardaba un pastor contratado para ese menester. Las últimas fueron de cabras y hasta primeros de los 60 de vacas.
-En septiembre finalizada la cosecha, se segaba espliego por todos los vecinos que voluntariamente querían participar y después se repartía el valor de la cosecha. Se pagaba por arrobas.
La esencia del espliego se extraía mediante una caldera que se instalaba cerca de la fuente, aprovechando el agua para la destilación y refrigeración.
-Los vecinos que tenían excedentes de grano, legumbres o leña los depositaban en el Pósito (almacén) que era regido por una junta independiente del ayuntamiento, con el fin de prestarlos a los vecinos que lo necesitasen con el consiguiente pago de réditos. Costumbre que se perdió después de la guerra civil.
-Hermandades ganaderas. Cuando un ganadero tenía alguna desgracia (robo de reses, incendio de parideras) los demás ganaderos aportaban unas cuantas cabezas de ganado.
-En cada casa se mataba un cerdo y tanto aquí como en las esquilas se unían varias familias para ayudarse entre sí y se celebraba para compensar el trabajo en común.
-Los mozos forasteros tenían que pagar la patente (invitar a los mozos del pueblo) cuando pretendían a una moza del pueblo, sino era así iban de cabeza al pilón.
MÁXIMO GUERRERO.


Villaescusa de Palositos tenía a San Antonio por patrón en cuyo honor se celebraban fiestas el 13 de junio.
Festejaban también el Corpus en la fecha que cayera y el Cristo el 14 ó 15 de septiembre coincidiendo con el fin de la cosecha de cereal.
Cada santo tenía un mayordomo que se ofrecía voluntario normalmente.
El mayordomo se encargaba de preparar la fiesta y cobrar la manda (tres celemines de trigo por casa para los gastos de la fiesta). Gastos que consistían en comprar tostones (garbanzos tostados) y vino, pagar la misa, los rollos o la carne. Rollos que se encargaba de preparar el mayordomo y que eran una especie de tortas muy similares a los roscones de reyes actuales y que se distribuían entre la gente. Después de la guerra con el racionamiento de la harina este producto se sustituyó por una ración de carne.
La víspera de la fiesta se mataba una oveja que se troceaba y se dividía en raciones iguales (1 kg. aproximadamente) que se repartían por sorteo entre los vecinos. Esta carne junto con garbanzos, tocino y relleno (albóndigas de oveja) eran los ingredientes del cocido tradicional que se hacía en las casas el día de la fiesta. Los dulces más típicos los días de fiesta eran los bollos de manteca y las tortas de huevo.
Con la misa empezaban los actos religiosos a la que seguía una procesión por las calles del pueblo. Al finalizar la procesión en el mismo atrio de la iglesia se realizaba la subasta de las andas, en la que los vecinos pujaban por cada uno de los palos de las andas para entrar la imagen del santo a la iglesia.
Por la tarde se reunía todo el vecindario en el Coso. El mayordomo rendía cuentas ante los vecinos y autoridades subastando el sobrante de los rollos y los regalos que voluntariamente aportaba algún vecino. Después continuaba la fiesta con el reparto de los tostones y el vino y con el comienzo del baile.
De Peralveche venían los músicos (Justo al violín, Salvador a la guitarra y Cirilo al laúd). Había años que venían de Morillejo o de Azañon.
En los años 60 con la renovación musical, venía desde Priego (Cuenca) una orquesta liderada por Justo Canales a la batería que se hacía acompañar de saxofón, trompeta y clarinete. Algún año también llegaban desde Albalate de las Nogueras o Alcohujate (ambos de Cuenca).

-El jueves lardero se iba al campo a comer tortilla con chorizo y lomo de la matanza.
-En Semana Santa se ponía el ¨monumento¨ en la iglesia. Se hilaban las velas que lo alumbraban. La cera se compraba a la familia Ramos que tenían colmenas y en casa de Ana Ramos se hacían las velas y los hilados. El día de jueves santo se encendían en el ¨monumento¨ y todo el pueblo olía a cera y a miel.
-El 30 de abril se cantaban los mayos a la Virgen en la puerta de la iglesia y a las mozas de ronda en cada casa. De ello se encargaban los mozos al anochecer con guitarras y bandurrias.
El día 3 de mayo era festivo, los mozos después de las once salían de ronda e iban a pedir el mayo a casa de cada moza en donde les daban la voluntad, con lo que recogían hacían una buena merienda y acto seguido un baile en el que cada moza tenía que bailar con su mayo.
ELVIRA RAMOS.


El cura venia desde el pueblo de Escamilla, a pie o en caballería, don José, don Vitorio y don Jesús fueron los últimos que dieron misa en Villaescusa.
El médico venia desde Salmerón, primero don Francisco y luego don Isidoro, que como adelanto tenia equipo de rayos X. Tenían que ir a buscarlo con una mula y luego llevarlo de vuelta.
También en Salmerón estaba el veterinario (don Mariano).
El cartero venia desde Peralveche (Mariano) a lomos de su caballo un día si y otro no.
La maestra si residía en el pueblo, estuvo hasta 1970, se llamaba Elvira Bárcena Sastre.

El cierre de la escuela era ya un síntoma de lo que estaba sucediendo, el pueblo agonizaba y la emigración se había llevado a casi todos los villaescuseros en busca de un mejor futuro, a Villaescusa no llegaba el progreso y la falta de servicios básicos y el aislamiento que padecían hicieron el resto.
Guadalajara, Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza entre otros fueron los destinos escogidos por los villaescuseros.
El matrimonio formado por Pedro García y Fidela Ramos fueron los últimos de Villaescusa de Palositos. Hecho que aconteció en el año 1975.

El pueblo posteriormente pasó a depender administrativamente de Peralveche y fue vendido junto a sus fincas a hacendados que lo utilizaron como explotación agrícola hasta que llegó a manos de los actuales propietarios que decidieron vallar el pueblo, derribar las viviendas, poner puertas en los caminos y utilizarlo como coto de caza.
Ante tanto disparate los hijos del pueblo decidieron crear la Asociación de Amigos de Villaescusa de Palositos para defender sus intereses, entre los que se encuentran el derecho a circular por los caminos públicos, el poder acceder a la iglesia y al cementerio, y la rehabilitación de la iglesia románica entre otros asuntos.
Desde 2006 vienen realizando anualmente la Marcha de las Flores (el 18 de mayo este año), donde todos los descendientes del pueblo y simpatizantes se dirigen a Villaescusa de Palositos llevando flores para honrar la memoria de sus antepasados que están enterrados en el cementerio.
Mucha polémica ha tenido esta marcha por los continuos obstáculos que ha puesto el propietario del pueblo, negándose a permitir el acceso al pueblo aun cuando los caminos que se dirigen a él son públicos y no son de su propiedad, al igual que el cementerio, derecho al que se acogen los vecinos.
Ha sido noticia de prensa y televisión durante todos estos años, pero de momento no hay solución al respecto. La administración se desentiende de ello y el conflicto sigue año tras año.
Hay una página de obligada visita para saber todo lo concerniente a Villaescusa de Palositos:http://www.villaescusadepalositos.es/

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Visita realizada en compañía de Carlos Otero y Asier Madrid en mayo de 2013.

PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.

Vista parcial del pueblo desde el ¨Prao la Fuente¨. Año 1970.




El pueblo visto desde el camino de El Calvario.




La esplendida iglesia románica de La Asunción de Villaescusa de Palositos.



La parroquial en 2005. El deterioro es evidente. Carece de tejado y su interior se encuentra en ruina. Se idearon algunos proyectos para rehabilitarla pero ninguno se llevó a cabo y la iglesia esta herida de muerte.
Las campanas están en la iglesia de Peralveche.



Retablo del altar mayor de la iglesia de la iglesia de Villaescusa de Palositos. En la actualidad se encuentra instalado en la iglesia de Romancos.



Pila bautismal de la iglesia de Villaescusa de Palositos. En la actualidad instalada en la iglesia del Santísimo Sacramento de Guadalajara.



Piedra de sillería con inscripción del maestro cantero que construyó la nave: ¨ Gilem Fecit hac Eclesiam¨.



Vista desde el campanario. El cementerio al fondo. Año 1970.



Subasta de las andas, desde el campanario. Años 60.




Procesión de El Cristo. Años 60.




Ayuntamiento y casa de Máximo y Paula al fondo. Año 1970.



Escuela y Pósito municipal a la derecha. Año 1970.




Maestro (don Sireno) y alumnos de la escuela de Villaescusa de Palositos en el año 1926.




Calle Real. Casa de Donato y Carmen. Año 1970.




Calle de la Iglesia. Ayuntamiento al fondo. Año 1970.




Peña la Plaza. Año 1970.




Calle de las Eras. Empedrado de canto rodado y fachadas de piedra caliza del entorno. Trazado medieval. Año 1970.



Casa de la tía Juana. Año 1970.




Grupo de villaescuseros en la puerta de la casa de la tía Juana. Años 60.



Fachada principal de la casa de Aquilino y Justina. Año 1970.



La casa de Joaquín y Emilia. Año 1970.




Trillando en la era de Aquilino. Años 60.




Aventando el trigo. Años 60.




La fuente de El Gamellón. Año 1970.




Estado actual de Villaescusa de Palositos: la iglesia agonizando y el resto del pueblo escombrado.