Anejo de Bularros, del cual se encuentra a poco más de un kilómetro.
Constaba de unas diez viviendas, construidas en su mayoría de piedra granítica.
Se dedicaban al pastoreo de las ovejas con buenos rebaños en cada casa. En invierno las bajaban a Extremadura y en verano las tenían en las fincas del pueblo.
En la agricultura cultivaban principalmente trigo, cebada y centeno.
Para moler el grano se desplazaban hasta los molinos que había en Bularros o también hasta otro que había en Villaflor junto al arroyo Espinarejo.
Había gente que se dedicaba a la recogida del mimbre, aprovechando los abundantes mimbrones que hay por los alrededores y con ello hacían cestos, aguaderas y otros utensilios o bien lo vendían directamente a artesanos que venían de Ávila a buscarlo.
La iglesia antiguamente era para Villaverde y Bularros, hasta que en este ultimo hicieron una iglesia y el cura de la época decidió que se derribara la antigua, dejando solo la espadaña junto al cementerio.
No tuvieron nunca escuela y los niños iban caminando diariamente un km. hasta la de Bularros.
Las fiestas eran también para los dos pueblos en agosto (San Bartolomé), había costumbre de hacer una misa y luego comer en Villaverde para por la tarde acudir a Bularros al baile amenizado por los músicos del pueblo de Aveinte (gaita y tamboril).
Algunos jóvenes acudían los domingos por la tarde hasta Bularros donde se celebraban bailes a nivel local para la juventud.
El cura venía desde Ávila a oficiar la misa.
Don Santiago, el médico acudía desde San Pedro del Arroyo en caballería para visitar al enfermo.
Crispin, el cartero de Bularros se desplazaba hasta Gallegos de Altamiros para recoger la correspondencia y luego la repartía en su pueblo y en Villaverde.
Se desplazaban los viernes a Ávila que era día de mercado. Llevaban huevos, pollos, conejos y diversos productos agrícolas y a su vez compraban cosas de primera necesidad que no tenían en Villaverde.
En el resto de la semana se desplazaban hasta San Pedro del Arroyo para realizar algunas compras y también recurrían en contadas ocasiones a una pequeña tienda que había en el pueblo de Marlín.
Algunos vendedores ambulantes aparecían por Villaverde como los que venían desde Ávila capital vendiendo todo tipo de mercancía, otro que venía desde Narrillos de San Leonardo vendiendo pimientos, tomates y otros productos o bien uno que venía desde Cuevas del Valle vendiendo vino entre otras cosas.
La emigración golpeó de lleno a Villaverde cerrando numerosas casas en los años 60, 70 y 80, pero aún así dos casas llegaron abiertas hasta el siglo XXI.
Por un lado Valeriano Ramos y por el otro Pedro Jiménez, cada uno viviendo solo en su respectiva vivienda.
La gente en su mayoría emigró a Ávila y a Madrid porque había pocas expectativas de futuro para la gente joven. Los mayores se fueron muriendo y el relevo generacional no vio aliciente en el campo y el ganado y se fueron a las ciudades en busca de un futuro más halagüeño.
Pedro Jiménez fue el último de Villaverde, se fue en el año 2013 poco después de que lo hiciera su vecino Valeriano. Ambos marcharon debido a su avanzada edad y a la imposibilidad de seguir viviendo en la soledad del pueblo.
Informantes:
-Valeriano Ramos (Conversación personal mantenida a la puerta de su casa en Villaverde).
-Vecinos de Bularros (Conversación personal mantenida en diferentes puntos del pueblo).
Visitas realizadas en julio de 2009 y en julio de 2018.
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Punto y aparte. Nueve años después de mi primera visita vuelvo a Villaverde. Ya no están ni Valeriano ni Pedro, con el primero tuve ocasión de charlar un rato a la puerta de su casa y al segundo lo vi en la distancia. Sus casas permanecen cerradas a cal y canto protegiendo la intimidad de sus últimos moradores.
Poco ha cambiado el pueblo desde entonces. Su estructura urbana sigue intacta y los edificios se mantienen sin muchas alteraciones. Alguna pared de algún pajar se ha venido abajo pero poco más.
Allí sigue la preciosa fuente con su pilón adyacente que tanto saciara la sed de personas y animales en tiempos pasados. Una bonita foto se presenta en su entorno. El potro de herrar las vacas se encuentra más oculto entre la vegetación, casi ni se ve. Las ruinas de la fragua asoman cerca. Se oyen conversaciones en una casa cercana. Hay presencia humana en Villaverde aunque no sea de manera continua. Salgo del pueblo por un camino que asciende suavemente para ver una panorámica de todo el lugar. Desde aquí se divisa todas las edificaciones de Villaverde y a lo lejos asoman las primeras casas de Bularros. Observo que hay alguien trabajando en una finca cercana, descarga cosas desde un todo terreno.
Bajo otra vez para el pueblo y me adentro por su calle principal. Rememoro la conversación mantenida con Valeriano al pasar por la puerta de su casa. Ya no se abrirá como aquel día que dio la casualidad de que él abría la hoja de arriba de la puerta cuando yo pasaba por allí. Sigo por la calle, todo sigue igual. La casa de Pedro también cerrada, alguna casa mantenida en buen estado pero sin uso de habitabilidad aparentemente. Llego hasta la otra punta del pueblo donde sigue en el mismo estado el edificio del ayuntamiento.
Bajo por otra calle distinta, aquí un perro gigantesco dormita en mitad de la calle a la sombra. Levanta levemente la cabeza al advertir de mi presencia pero no hace ningún ademán más.
Salgo otra vez al entorno de la fuente y me doy cuenta de que mi visita a Villaverde toca a su fin.
¿Cómo me lo encontraré la próxima vez que lo visite?
La iglesia de San Bartolomé de la que solo queda la espadaña con el cementerio anejo. A unos trescientos metros del pueblo. Cuando se construyó la de Bularros en los años 60 el cura de la época creyó conveniente derribar esta iglesia (aún con la oposición de algunos vecinos) y dejar solamente los muros que se ven en la actualidad.
Vivienda con porche emparrado. Una de las dos últimas casas en cerrarse en Villaverde.
Constaba de unas diez viviendas, construidas en su mayoría de piedra granítica.
Se dedicaban al pastoreo de las ovejas con buenos rebaños en cada casa. En invierno las bajaban a Extremadura y en verano las tenían en las fincas del pueblo.
En la agricultura cultivaban principalmente trigo, cebada y centeno.
Para moler el grano se desplazaban hasta los molinos que había en Bularros o también hasta otro que había en Villaflor junto al arroyo Espinarejo.
Había gente que se dedicaba a la recogida del mimbre, aprovechando los abundantes mimbrones que hay por los alrededores y con ello hacían cestos, aguaderas y otros utensilios o bien lo vendían directamente a artesanos que venían de Ávila a buscarlo.
La iglesia antiguamente era para Villaverde y Bularros, hasta que en este ultimo hicieron una iglesia y el cura de la época decidió que se derribara la antigua, dejando solo la espadaña junto al cementerio.
No tuvieron nunca escuela y los niños iban caminando diariamente un km. hasta la de Bularros.
Las fiestas eran también para los dos pueblos en agosto (San Bartolomé), había costumbre de hacer una misa y luego comer en Villaverde para por la tarde acudir a Bularros al baile amenizado por los músicos del pueblo de Aveinte (gaita y tamboril).
Algunos jóvenes acudían los domingos por la tarde hasta Bularros donde se celebraban bailes a nivel local para la juventud.
El cura venía desde Ávila a oficiar la misa.
Don Santiago, el médico acudía desde San Pedro del Arroyo en caballería para visitar al enfermo.
Crispin, el cartero de Bularros se desplazaba hasta Gallegos de Altamiros para recoger la correspondencia y luego la repartía en su pueblo y en Villaverde.
Se desplazaban los viernes a Ávila que era día de mercado. Llevaban huevos, pollos, conejos y diversos productos agrícolas y a su vez compraban cosas de primera necesidad que no tenían en Villaverde.
En el resto de la semana se desplazaban hasta San Pedro del Arroyo para realizar algunas compras y también recurrían en contadas ocasiones a una pequeña tienda que había en el pueblo de Marlín.
Algunos vendedores ambulantes aparecían por Villaverde como los que venían desde Ávila capital vendiendo todo tipo de mercancía, otro que venía desde Narrillos de San Leonardo vendiendo pimientos, tomates y otros productos o bien uno que venía desde Cuevas del Valle vendiendo vino entre otras cosas.
La emigración golpeó de lleno a Villaverde cerrando numerosas casas en los años 60, 70 y 80, pero aún así dos casas llegaron abiertas hasta el siglo XXI.
Por un lado Valeriano Ramos y por el otro Pedro Jiménez, cada uno viviendo solo en su respectiva vivienda.
La gente en su mayoría emigró a Ávila y a Madrid porque había pocas expectativas de futuro para la gente joven. Los mayores se fueron muriendo y el relevo generacional no vio aliciente en el campo y el ganado y se fueron a las ciudades en busca de un futuro más halagüeño.
Pedro Jiménez fue el último de Villaverde, se fue en el año 2013 poco después de que lo hiciera su vecino Valeriano. Ambos marcharon debido a su avanzada edad y a la imposibilidad de seguir viviendo en la soledad del pueblo.
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Informantes:
-Valeriano Ramos (Conversación personal mantenida a la puerta de su casa en Villaverde).
-Vecinos de Bularros (Conversación personal mantenida en diferentes puntos del pueblo).
Visitas realizadas en julio de 2009 y en julio de 2018.
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.
Punto y aparte. Nueve años después de mi primera visita vuelvo a Villaverde. Ya no están ni Valeriano ni Pedro, con el primero tuve ocasión de charlar un rato a la puerta de su casa y al segundo lo vi en la distancia. Sus casas permanecen cerradas a cal y canto protegiendo la intimidad de sus últimos moradores.
Poco ha cambiado el pueblo desde entonces. Su estructura urbana sigue intacta y los edificios se mantienen sin muchas alteraciones. Alguna pared de algún pajar se ha venido abajo pero poco más.
Allí sigue la preciosa fuente con su pilón adyacente que tanto saciara la sed de personas y animales en tiempos pasados. Una bonita foto se presenta en su entorno. El potro de herrar las vacas se encuentra más oculto entre la vegetación, casi ni se ve. Las ruinas de la fragua asoman cerca. Se oyen conversaciones en una casa cercana. Hay presencia humana en Villaverde aunque no sea de manera continua. Salgo del pueblo por un camino que asciende suavemente para ver una panorámica de todo el lugar. Desde aquí se divisa todas las edificaciones de Villaverde y a lo lejos asoman las primeras casas de Bularros. Observo que hay alguien trabajando en una finca cercana, descarga cosas desde un todo terreno.
Bajo otra vez para el pueblo y me adentro por su calle principal. Rememoro la conversación mantenida con Valeriano al pasar por la puerta de su casa. Ya no se abrirá como aquel día que dio la casualidad de que él abría la hoja de arriba de la puerta cuando yo pasaba por allí. Sigo por la calle, todo sigue igual. La casa de Pedro también cerrada, alguna casa mantenida en buen estado pero sin uso de habitabilidad aparentemente. Llego hasta la otra punta del pueblo donde sigue en el mismo estado el edificio del ayuntamiento.
Bajo por otra calle distinta, aquí un perro gigantesco dormita en mitad de la calle a la sombra. Levanta levemente la cabeza al advertir de mi presencia pero no hace ningún ademán más.
Salgo otra vez al entorno de la fuente y me doy cuenta de que mi visita a Villaverde toca a su fin.
¿Cómo me lo encontraré la próxima vez que lo visite?
La iglesia de San Bartolomé de la que solo queda la espadaña con el cementerio anejo. A unos trescientos metros del pueblo. Cuando se construyó la de Bularros en los años 60 el cura de la época creyó conveniente derribar esta iglesia (aún con la oposición de algunos vecinos) y dejar solamente los muros que se ven en la actualidad.
Entrando a Villaverde
La fuente de Villaverde.
Viviendas.
Vivienda con porche emparrado. Una de las dos últimas casas en cerrarse en Villaverde.
Calle principal.
La misma calle en sentido inverso.
La última casa que se cerró en Villaverde.
Antiguo edificio del ayuntamiento.
Calle de Villaverde.
La misma calle en sentido inverso.
Calle de Villaverde.
Ruina.
Corral y pajar.
Potro para herrar las vacas y los bueyes.
visita la pagina: http://grandesavila.blogspot.com, gracias.
ResponderEliminarhabria que ayudar de alguna manera a repoblar estos pueblos no podemos dejar que sedestruyan ademas en las ciudades es imposible que vivamos todos que estres,yo creo que tendrian que haceralgun plan de repoblacion reconstruyendo y que gente nueva balla a vivir.
ResponderEliminarOs invito a mi blog:www.piernigas.blogspot.com
es un lugar muy acogedor,personalmente recomiendo pasear por su entorno, ir hasta el pueblo de muñoyerro por la ledera del monte parandose en un lugar que llaman la matona
ResponderEliminarLA MATONA,LA CONOZCO ALLI PASE YO BUENAS MERENDILLAS,Y MUY BUENAS TARDES JUGANDO CON MIS AMIGOS,ES UNA PENA ,RECONOZCO TODAS LAS CALLES,TODAS LAS CASAS,POR ALLI PASE MUCHAS VECES,QUE NOSTALGIA POR DIOS,QUE ALGO TAN HERMOSO SE PIERDA ASI.SOY DE MUÑOYERRO Y LLEVA EL MISMO CAMINO,DIOS QUIERA QUE LA GENTE SE LO REPLANTE Y NO OCURRA ESTO MISMO.POR CIERTO POR LA LADERA DEL MNONTE YA NO SE PUEDE IR,ESTA CERCADO.
ResponderEliminaraupa!!m a gustado mucho tu blog, la verdad que no es la primera vez que lo visito.A mi tambien me preocupa la despoblación de los pueblos, en Burgos ,concretamente en la bureba, hay muchos pueblos que en pocos años desapareceran o cuyos vecinos seran veraneantes. Te invito a mi blog:
ResponderEliminarwww.piernigas.blogspot.com
hola soi de bularros y meda muchapena ver como esta villaverde
ResponderEliminarHola buenas tardes! lo primero enhorabuena por este pedazo de blog. Me parece una proeza el trabajo que lleva, ya sea por la documentación fotográfica , como histórica...
ResponderEliminarEsta semana misma hice una ruta con la bici y estuve un rato por Bularros, Villaverde y Muñoyerro, donde nunca antes habia estado. La verdad que es un entorno precioso...pienso que deberian tener alguna posibilidad debido a la cercania con la capital, espero que alguien algún día se acuerde de Villaverde, porque da un poco de pena verlo así. Desde aquí recomiendo a la gente que visite este lugar!
Un saludo!
Gracias por tus palabras Riokabado. Si da pena ver Villaverde en el estado de melancolía que se encuentra actualmente y coincido contigo en que es un lugar muy interesante para visitar.
EliminarSaludos.
Yo soy de Bularros. Toda la zona es preciosa y está a solo un paso de Ávila capital.
ResponderEliminarEs una pena que muchos pueblos se esten muriendo poco a poco y no sepamos aprovechar el potencial que tienen.
Muy buena la página y el reportaje gráfico. Me ha traido grandes recuerdos de cuando era pequeño e ibamos en pandilla por las tardes de paseo desde Bularros para comernos la merienda.
Os animo a que conozcais la zona (Bularros, Villaverde, Muñoyerro) y nos ayudeis a impedir que se muera!!
Un saludo
Gracias por tu comentario, apoyo tu propuesta de que la gente conozca la zona y vean las bellezas que encierra.
ResponderEliminarLo de impedir que se muera ya lo veo más dificil, porque el mundo rural esta dejado de la mano de Dios y asi es complicado que sobrevivan los pequeños pueblos.
Saludos.
Hola y gracias por tus aportaciones pues por tu trabajo hay quien descubre que en nuestra geografía existen rincones olvidados donde un día hubo vida.
EliminarGracias a tu información y mi interes en alcanzar lugares olvidados y cargados de historia, me han permitido que el pasado día 14 de Octubre recorriese las calles de Vilalverde.
Volveré a pasar en bici y a respirar su aroma, como en el resto de pueblos de la Sierra de Avila en esa zona por los que he pasado y sigo pasando (creo que no me falta ninguno).
Son increiblemente peculiares aunque se ciñan a un patrón muy parecido.
Saludos
Pues si amigo, todos estos lugares un dia tuvieron vida, y de ese aroma es del que tenemos que impregnarnos los que los visitamos, dejar volar la imaginación y retroceder cincuenta o sesenta años en el tiempo para ver un dia en la vida cotidiana del pueblo.
EliminarComo bien dices se ciñen a un patrón parecido pero no hay dos pueblos iguales, cada uno tiene su fisonomia, su peculiaridad y su historia que le hace distinto de los demás.
Vuelve a pasar por Villaverde que seguro que encontraras algun detalle o alguna curiosidad que no encontraste en la anterior visita y sigue disfrutando en bici de esa comarca tan bonita como es la Sierra de Avila.
Gracias por tu comentario.
Saludos.
La tarde del domingo 23 de Junio de 2013 me pase por este pueblo con la intencion de descubrir un pueblo abandonado de la zona...cual es mi sorpresa cuando llego y me encuentro que hay una persona habitandolo...
ResponderEliminarEra una mujer muy amable, que orgullosa de su pueblo, nos ha comentado lo que alli podiamos ver...
Ha sido una buena experiencia ver un pueblo bonito, llamativo y en un precioso entorno.
Bonito rincon y bonito pueblo, y no del todo abandonado, gracias a la gente que con alegria se encarga darle un poco de vida aunque sea ocasionalmente.
Paco Aparicio
ResponderEliminarTengo un amigo natural de Villaverde en dónde todavía vivía un hermano suyo ya octogenario pero gozando de buena salud el cual le tenía preocupado por si enfermaba o precisaba de una atención urgente y la única vecindad era otro anciano en parecidas circunstancias.
Afortunadamente ha conseguido que se trasladara a una residencia próxima en donde esta acompañado y atendido, así como el otro vecino que componían la totalidad de pobladores de este bucólico lugar.
Interesado por sus relatos en ese rincón abulense, he estado rastreando el lugar a través de Internet, viendo fotografías del enclave y me ha entristecido observar que un lugar así desaparezca en poco tiempo victima del abandono y de los depredadores humanos de los restos que les puedan proporcionar algún beneficio,
Debería fomentarse desde algún organismo proporcionar a tanto necesitado de vivienda
y trabajo poder integrarse en estos lugares para reconstruir poblaciones abandonadas y dar sentido a unas vidas frustradas por falta de esperanza.
Precioso y bien conservado lugar. Supongo que mientras siga habiendo vecinos que vuelven aquí durante el verano, el pueblo seguirá en pie. Muy entrañables los comentarios de los antiguos habitantes de la comarca.
ResponderEliminarComo siempre magnífico trabajo, amigo Faustino. Un abrazo
Coincido contigo en la belleza del lugar. A mi es un pueblo que me atrae mucho.
EliminarEs verdad que está muy bien conservado, en gran parte debido al tipo de piedra empleada en las casas: piedra granítica que aguanta muy bien el paso de los años.
Si vuelven algunos vecinos para el verano, pero menos de los que pueda parecer.
Un abrazo Antonio.
Hola soy nacido de Bularros !pasé mis 7 primeros anos en Villaverde de 1953 a 1960 ;mi padre fue guarda forestal alli ;ahora estoy en francia i ya ire a recordar mi infancia de esos sitios inolvidables que en mi memoria llevo asi como de los pueblos que rodean ;munoyerro ;aveinte ;salvadios ; etc !!! Magnifico blog que muestro a mis padres 90 y 88 anos .......
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado el reportaje tanto a ti como a tus padres.
EliminarSupongo que en la distancia las sensaciones aumentan y todo se ve con más añoranza y nostalgia.
Una parte de tu vida esta ligada a este pueblo, así que un poco te tocará la fibra sensible.
En cuanto tengas ocasión a realizar un viaje a tu infancia que te llenará de momentos inolvidables plenos de recuerdos.
Saludos.
GRILLO.
ResponderEliminarHe visitado esta pagina en otras ocasiones y me ha parecido ver otras fotos.
Yo nací en Villaverde. Junto con Muñoyerro y Bularros forman el Municipio.
Es mi pueblo. Para mi el más bonito... y el que me trae más recuerdos.Villaverde también tenía fragua donde se hacían las rejas para arar, las herraduras de burros, mulas y caballos y los "callos" que eran las herraduras de los bueyes.
Hay personas que pasan pequeñas temporadas,Otros van todos los dias a atender sus "cosas". También hay visitantes no deseados que se llevan lo que pueden.
El Ayuntamiento se sigue utilizando para tratar temas como la caza y los pastos, al menos una vez al año.
Aunque parece un pueblo deshabitado...Pero NO es un pueblo OLVIDADO.
Un saludo y gracias por el blog.
No andas equivocado en tu apreciación de ver algunas fotos distintas. Cambié algunas que pensé que encajaban mejor en el reportaje.
EliminarGrillo, no coincido contigo en que Villaverde sea un pueblo olvidado. Tu mismo dices que hay gentes que pasan pequeñas temporadas, otros van todos los días por allí, el ayuntamiento sigue utilizandose, etc, por lo que dentro de su triste situación no se puede considerar que este olvidado. Hay gentes que lo visitan.
Si es deshabitado porque no vive nadie permanentemente, pero no es abandonado, termino que mucha gente confunde.
Por cierto, ¿donde estaba la fragua en Villaverde, por que parte del pueblo?
Saludos.
Para situar la fragua lo mejor es colocarte en el lugar donde tomaste la foto del potro y mirando a la derecha, al otro lado del "arroyo" se ven los restos medio tapados por las zarzas. En ese arroyo iban a lavar la ropa las mujeres.
EliminarLa fragua tenía un fuelle enorme, en alto y se tiraba de una cuerda para hacerle funcionar.
En el potro sólo se herraban a los bueyes o a las vacas. Puedes ver, a la derecha, donde colocaban y sujetaban la cabeza del animal, se le ataba alguna pata y se le pasaban unas cinchas por debajo del vientre y se sujetaban a los troncos largos, que tienen unos agujeros, esos troncos se hacían girar hasta que el buey levantaba las patas del suelo y se le herraba.
Tanto para la labor en la fragua como en el potro colaboraban todos.
Recuerdo que de niño también iba un porquero que al son de una cornetilla, los vecinos soltaban los "marranos" , cerdos, para que los llevara a la montanera.
Vivo en Nueva York, pero he comprado una casa en Muñoyerro solo para venir de vez en cuando a desconectar de la gran manzana y a reencontrarme con la tranquilidad de un pequeño pueblo castellano. Hoy he ido con mi familia a visitar Villaverde y hemos pasado un buen rato: En el pueblo solo se oye el sonido de viento entre las hojas de los álamos negros y el canto de los pájaros. Por lo visto viven tres personas en el pueblo: Una pareja de amigas que están restaurando una casa (las cueles dicen que en las noches de tormenta alguien llama a su puerta) y un señor que por lo visto es funcionario y tiene casa en Bularros y otra en Villaverde.
ResponderEliminarHemos oído ruido dentro de la casa del señor, pero no hemos querido molestar. Simplemente hemos dado un paseo por el pueblo, hemos descansado un rato en un banco de piedra en la puerta de una casa abandonada y nos hemos vuelto a Muñoyerro.
PS, El perro gigantesco sigue paseando por una finca que hay dentro del pueblo, pero parece amistoso, ya que nos ha visto y se ha acercado moviendo el rabo.