Escartin (Huesca)


Maravillosa población encaramada en un serrato en el corazón de Sobrepuerto, rodeada de bancales y de difícil acceso.
Una veintena de viviendas componían este pueblo dedicados a una economía puramente de subsistencia con la ganadería como mayor ocupación. Ganadería compuesta de ovejas principalmente y cabras y vacas en menor cantidad. Ovejas que hasta los años 40 se bajaban a Tierra baja, a partir de entonces ya no, se mantenían en los pastos del pueblo.
De la importancia de la ganadería ovina le viene el apodo con que se conocía a los habitantes de Escartin: "comequesos".
El trigo era el cereal reinante en la agricultura aunque también se cultivaba algo de avena, patatas y legumbres.

A Calsina
A Corona
A Cuasta
A Retura
As Eretas
As Planas
As Sarrripas
Barranco a Glera
Barranco d´a Isuala
Barranco d´as Fuebas
Barranco de Francia
Barranco de Labañera
Barranco de Pardinialla
Barranco de San Climende
Comenals
Gasarto
Lantafuente
Matils
Nabayuelo
Niablas
O Calamazo
O Campo a Laña
O Castetillo
O Castillón
O Cuello
O Frondón
O Pueyo
Os Cuniás
Os Mallatons
Pardinialla
Plana Glera
Plana Güaga
Solaniello
Sordials
Trasacruz
Trasgasarto

**Son algunos topónimos de lugares comunes de Escartin que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**


Celebraban sus fiestas patronales el tercer domingo de septiembre sin estar dedicadas a ningún santo.
Aparte de la misa no faltaban las rondas por las casas del pueblo en las que se cantaba unas jotas y los dueños les obsequiaban con un buen porrón de vino y una torta buena, además iban recogiendo diversas viandas como podía ser tocino, longaniza, café, tortas, etc con la que los jóvenes hacían una comida el tercer día de la fiesta. El baile se solía realizar en la plaza o en una era y estaba amenizado por músicos que venían de Fiscal unas veces y otras de Javierre de Ara normalmente con violín y guitarra y en otras ocasiones acompañados además de acordeón.
Las fiestas pequeñas estaban dedicadas a su patrón: San Julián el día 7 de enero donde solían celebrar una misa y una veilada común por la tarde noche de todos los vecinos en la casa del alcalde.
Acudían el día 25 de junio a la romería de Santa Orosia. A las cinco de la mañana salían en procesión hacia la ermita llevando las caballerías bien engalanadas y portando la cruz un hombre o mozo de una casa diferente cada año. La bandera se iban turnando entre los mozos para llevarla, al llegar a la ermita se juntaban con todos los pueblos de Sobrepuerto y del valle de Basa donde se hacia una procesión todos juntos, una misa, una comida campestre y los celebres dances interpretados por los Danzantes de Yebra de Basa, para regresar por la tarde cada uno hacia su pueblo.

El cura subía desde Bergua a oficiar la misa y en los últimos años de Fiscal.
El médico venia de Fiscal en casos muy extremos, sino tocaba a algún familiar del enfermo bajar hasta Fiscal a explicarle los síntomas al médico y según lo que recetara ir a comprar las medicinas a Broto para subir nuevamente hasta Escartin.
El cartero residía en Bergua y previamente iba a recoger la correspondencia en Fiscal y luego la repartía por Ayerbe de Broto, Escartin y Otal.
De Fiscal también venia el herrero y allí bajaban a moler el grano (años antes lo hacían al molino de Bergua) y a hacer determinadas compras como podía ser telas, arroz, aceite, bacalao, sal, etc, aunque la mayoría de las veces más que compra era un trueque con corderos, patatas, huevos, etc. pues Fiscal era un pueblo que ya tenía buen comercio en esa época.
Algunos vendedores ambulantes se dejaban ver por el pueblo provenientes de Naval y Alquezar vendiendo aceite, vasijas, velas, etc. El macho era el animal inseparable de las gentes para cubrir los largos trayectos que tenían que hacer por los empinados caminos que tenían para desplazarse, como podía ser por ejemplo a las diversas ferias que había en la comarca como la de ganado en Broto el 24 de septiembre o la de Boltaña (8 horas andando) el 23 de abril para la compra-venta de cerdos y hortalizas, también en Boltaña se realizaba para los días 18 y 19 de octubre la feria de ganado vacuno y asnal.
En Biescas había mercado todos los sábados durante la primavera y se bajaba para vender huevos y cabritos y se compraba alguna remolacha, acelgas o coles entre otros productos.
También algunos vecinos bajaban a los pueblos del Somontano (Alberuela de la Liena, Radiquero, Salas o Castilsabas entre otros) a comprar vino.

De la dureza de la vida en Escartin sirva como ejemplo que antes de la guerra civil ya habían emigrado varias familias del pueblo. Lo que en principio eran marchas temporales de algunos vecinos a trabajar a Francia se acabó convirtiendo en definitivo y así hasta seis familias acabaron marchando al país vecino. Hacia la década de los 50 ya solo quedaban seis familias en el pueblo que también fueron emigrando a cuentagotas. Marcharon para Zaragoza, Huesca, Sabiñanigo y Monzón. Así se llegó hasta el año 1967 con el cierre de Casa Navarro por los dos hermanos que la habitaban (Antoné y Generosa) que después de llevar un año viviendo solos se bajaron hasta Bergua.
Los motivos del abandono de Escartin habría que buscarlos en la falta de los servicios básicos como era la luz y el agua, una carretera que nunca llegó y que les habría sacado un poco del aislamiento y en la crisis de la economía rural que empujaba a los vecinos a marchar en busca de las ciudades y pueblos grandes donde si tenian las modernidades que no llegaban hasta Escartin.
Así estuvo el pueblo totalmente abandonado durante muchos años hasta que en los años 90 empezaron a subir el primer sábado de julio los que se fueron y sus descendientes al pueblo para celebrar un día festivo, de recuerdo y de reencuentros para que no se apague la llama y la memoria de Escartin.

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Agradecimiento para José María Satué de Casa Ferrer. Agradable y completísimo informante de Escartin.

Imprescindible lectura del libro: ¨Memoria de un montañés¨ de José María Satué para saber con todo lujo de detalles como era la vida en Escartin hasta su despoblación.

Visita realizada en compañía de Cristian Laglera en octubre de 2011.


PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.

Al llegar a Escartin la primera casa que se ve es Casa Buisán, buen ejemplar de casa-patio con borda de dos pisos en la parte baja. Cerraron la casa en 1959 y marcharon a Sabiñanigo donde el dueño de la casa regentó un bar cercano a la estación.



Patio de Casa Buisán. Fachada principal de la vivienda.



La plaza de Escartin con la fuente y la herrería en primer lugar. Lugar de la vida social diaria del pueblo.



Fuente y abrevadero.




En un lateral de la plaza se encuentra Casa Sampietro con la chimenea hundida recientemente, se encontraba en la parte superior izquierda. Al fondo Casa Pedro Escartin.



Casa Blas con el paso abovedado de la calle. Fue la penúltima casa que se cerró en Escartin. Era donde se reunían los jóvenes para las fiestas y donde se hacían muchas veces las veiladas. Marcharon a Huesca en el año 1966.



Calle de Escartin, con la entrada a la Casa-patio de Pedro Escartin.



Casa Pedro Escartin. Familia de origen infanzón desde el siglo XIV. De aquí procedía el linaje de los Escartin muy extendido por la provincia. Era la casa más pudiente del pueblo. La muerte del amo de la casa en 1918, obligó a la viuda y a sus hijos a arrendar la casa y emigrar a Zaragoza.



Casa Navarro. La última vivienda que se cerró en Escartin. Un año estuvieron viviendo solos los dos hermanos -Antoné y Generosa- hasta que se marcharon a Bergua en contra de la voluntad de Antoné que no quería marchar de su pueblo.



Casa O Ferrero, el nombre de la casa delata el oficio que tuvieron sus moradores antiguamente, su último inquilino fue un viudo llamado Ramón. Posteriormente la compraron los de Casa Ferrer y la utilizaron para guardar ganado.



Precioso dintel de Casa O Ferrero.
"Oliban Año 1822".



Casa Ferrer e iglesia.




Casa Ferrer. La antepenúltima casa que se cerró en Escartin.
"Mi padre con 60 años no quería marchar, estaba apegado a su tierra y a su hogar, tenía mucha incertidumbre por la ¨otra vida¨ que había fuera del pueblo. Pero al final se vio obligado a cerrar la puerta de su casa obligado por las circunstancias (falta de servicios, miedo a la soledad, a la enfermedad, a la carretera que no llegaba). La abuela Serafina era la que más empujaba a marchar, quería conocer otra vida lejos de las penurias que había pasado toda su vida, siempre tenía la misma coletilla: Fijaos en los que ya se han ido, todos se han arreglado, ¿habéis visto volver a alguien?. JOSÉ MARÍA SATUÉ



Foto cedida por José Maria Satué

Casa Ferrer en 1970.

"Ya con los machos en la calle, mi hijo mayor entornó una hoja de la gran puerta. Yo volví la otra e hice girar por dos veces la llave, y aún la empujé para comprobar si quedaba cerrada.
Dentro quedaron sesenta años de mi vida, de entradas y salidas, de sueños compartidos, de cuentos, de planes alrededor del hogar... La entereza de mi madre me dio la fuerza para seguirla, dar media vuelta y marchar calle abajo, como una silenciosa procesión, sin volver la vista atrás, con tristeza contenida, apretando los dientes con rabia, por tener que abandonar la tierra que nos vio nacer".
(Extracto del libro Memoria de un montañés)




Foto cedida por José María Satué

La familia de Casa Ferrer al completo en el año 1941.
"La foto está hecha delante de Casa Ezquerra que fueron de los primeros en marchar y la compró mi abuelo. Sentados están mis abuelos -Antonio y Serafina-, de pie a la derecha mis padres -José (protagonista principal del libro Memoria de un montañés) y Julia y a la izquierda dos tíos solteros que aún vivían en la casa". JOSÉ MARÍA SATUÉ




Foto cedida por José María Satué

La abuela Serafina en el año 1940 preparando el tinte delante de la puerta de su casa, agachada lavando la ropa la mujer del maestro.




Chimenea de Casa Ferrer. El espantabrujas que la coronaba se encuentra en el Museo de Artes Populares del Serrablo. Al fondo la Manchoya con 2.033 metros.



Casa O Royo. Emigraron a Zaragoza en 1964.



Casa Lacasa. Era otra de las casas pudientes de Escartin. Tenía un escudo en la parte derecha que fue expoliado. Emigraron a Monzón en el año 1959.



Calle de Escartin. La herrería vieja al fondo.



La iglesia parroquial de San Julián. A la derecha el cementerio y a la izquierda adosada esta la abadía. El último cura que residió en ella fue don José Aranda, estuvo hasta el año 1915, a partir de esa fecha la abadía permaneció cerrada.



Portada de la iglesia.




Interior de la parroquial.
"En julio de 1936 un grupo de milicianos procedentes de Cataluña quemaron el retablo que había en el altar mayor, todas las imágenes, ropa de la sacristía .., y se llevaron las dos campanas pequeñas (las grandes pesaban demasiado). Para nada sirvieron las lamentaciones de los vecinos. Después de la guerra se decoró con lo mínimo: un san Julián -el patrón- dos bancos atrás, unas cadieras y sillón en el coro, se repuso la vestimenta del sacerdote, una cruz parroquial, una bandera... Todas estas cosas quedaron allí y fueron expoliadas sin compasión. En 1980 cuando Repsol hizo las pésimas pistas para realizar los sondeos de gas aprovecharon los ladrones para llevarse la pila bautismal que pesaba más de doscientos kilos".
JOSÉ MARÍA SATUÉ




En el mismo recinto que la iglesia y la abadía formando un ángulo con ellas se encontraba la escuela. Doña Presentación fue la última maestra en impartir enseñanza aquí.



Impresionantes recuerdos escritos en la antesala de la escuela por una maestra sevillana (doña Rosario) que estuvo en los años 50 ejerciendo en Escartin. La pared está llena de numerosos ¨graffitis¨ como este:
   ¡Que pena me da
     dejar el lugar este!
   ¡Mi escuela y mis
     niños y todos los
     vecinos!  ¿Verdad?
     Dios mío
     que tan buenos han sido.





Era y borda de Casa A Roya. Enfrente difuminado entre la vegetación se encuentra el pueblo abandonado de Basarán. Por detrás el Oturia con 1.920 metros.