Torruéllola de la Plana (Huesca)

Bellísima población situada en un montículo entre barranqueras que perteneció durante muchos años al municipio de Secorún y en la actualidad al de Boltaña.
Ubicada a 1120 metros de altitud, constaba de siete viviendas formando dos calles perpendiculares que convergen en una plaza.
Su nomenclátor poblacional habla de algo más de setenta habitantes a comienzos de siglo XX, quedándose en una cincuentena de personas en 1950.
Conocieron la electricidad en las casas que les llegaba desde ¨La eléctrica¨ en el molino de Boltaña.
Cada casa tenía su horno para hacer el pan.
Contaban con abundante leña de pino y en menor medida de roble para calentar la lumbre de los hogares.
Economía de subsistencia como correspondía a estos pequeños núcleos de montaña basada en la ganadería (ovejas y cabras) y la agricultura (trigo, avena y algo de legumbres).

"Basilio de casa Tejedor de Las Bellostas ejerció de pastor durante muchos años en Torruéllola sacando a pastar el ganado de todo el pueblo. Se le daba alojamiento y comida en cada casa por turno rotatorio según el número de cabezas que tuviera cada uno. El número de ovejas podía variar entre las cien las casas que más tenían a las cuarenta las que menos". LORENZO MONCLÚS.

Población bastante aislada y de difícil acceso, que solamente conoció caminos de caballería y donde se encontraban lejos de la cabecera de comarca.

"Apenas venían vendedores ambulantes por el pueblo, si acaso alguno con un burro vendiendo jabón, hilo, paños y cosas así, entonces nos tocaba a nosotros llegar hasta Boltaña, teníamos más de cinco horas de camino, salíamos antes de amanecer y volvíamos al pueblo ya entrada la noche, íbamos con las caballerías y llevábamos productos para intercambiar o vender como alubias, lentejas, huevos, etc., y a su vez nos traíamos productos que no había en el pueblo como azúcar y un bacalao riquísimo que vendían en aquel entonces en Boltaña, se compraba todo lo necesario porque al estar tan retirado no se podía estar yendo a menudo. También acudíamos a la feria de ganado que se celebraba en octubre en Boltaña a vender animales o a llevar a moler el grano a la Harinera de Boltaña para hacer el pan, para moler el grano para dar de comer a los animales íbamos al molino de Torrolluala del Obico. En otras ocasiones íbamos hasta Tierra baja a los pueblos de Lanaja y Sariñena con los machos a comprar vino". LORENZO MONCLÚS.

Las fiestas mayores eran el día 15 para la Virgen de Agosto (la Asunción) y duraban tres días.
Las fiestas pequeñas eran para Santa Águeda (5 y 6 de febrero).
En ambas se celebraba una misa, una comida con los familiares y allegados que venían de fuera y luego el baile que se hacía en la escuela. Normalmente venia un acordeonista o una pareja de músicos (guitarra y violín) desde Boltaña para hacer bailar a los presentes.
Acudía la juventud de Alastrué, de Torrolluala del Obico, de la pardina Albás, de Matidero, de la pardina Ballabriga e incluso de pueblos más alejados como Bagüeste, Letosa y Las Bellostas.
Había dos fechas al año en que se celebraba el acto de repartir La Caridad: el 17 de enero para San Antonio se hacia un día de fiesta organizado por Casa Baja, donde se oficiaba una misa, se daba una torta bendecida al salir y se organizaba una comida (cordero o pollo) en el salón de dicha casa.
Acto de La Caridad que se repetía el 11 de junio para San Bernabé, eran los de Casa Melchor los que lo organizaban, igualmente con una misa, reparto de torta bendecida y comida en la casa.

El cura venia desde Las Bellostas (don Arturo, don Juan Antonio o don Francisco fueron algunos de los que realizaron tal cometido).
Desde Secorún lo hacía el médico.
Antonio el cartero era natural de Torrolluala del Obico pero residía en Laguarta desde donde traía la correspondencia a Torruéllola.
Pedro, el herrero venía desde Letosa.

Articaba
Balmallo
Barranco de Baivals
Barranco de la Fuente
Barranco de San Juan
Barranco de Torruéllola
Barranco del Foroñón
Bocillón
Camino de Alastrué
Camino de Matidero
Camino de Montalbán
Camino de la Pardina
Campalar
Campo Corona
Campo Fuente
Canalizo
Cardón Bajo
Castiello
Cerro de San Juan
Chartica
Collado de Mallatón
Coroneta
Cuello Sarrablo
El Chuncarón
El Paco
Estallatas
Fajapán
Fajuelos
Fernadeta
Fuenfria
Fuentelobo
Gabarder
Hortales
La Coma
La Costera
La Faja
Las Planas
Lenaza
Noguera
Peña Gorda
Peña Rabosa
Peña del Rayo
Peronera
Roscadero
Salamart
Saleras
San Antón
Santa Cruz
Serveta
Tras Iglesia

**Son algunos topónimos de lugares comunes de Torruéllola que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**


A últimos de los 50 y primeros de los 60 la gente empezó a emigrar debido al aislamiento antes mencionado y la emergente industria que había esos años en las ciudades, se fueron marchando en cadena en busca de una mejor calidad de vida y se repartieron por varios lugares (Barcelona, Lleida, Zaragoza, Huesca, Boltaña), siendo el matrimonio formado por José Cavero y Emilia Grasa de Casa Barcolino los últimos en marchar sobre el año 1965.
Así se terminó la vida para esta interesante y fotogénica población.

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Informante: Lorenzo Monclús Alastrué de Casa Baja (Conversación personal mantenida en su explotación ganadera).

Visitas realizadas en mayo de 1998, en mayo de 2011 y en mayo de 2025.

Punto y aparte. No noté diferencias verdaderamente apreciables en mis dos primeras visitas (1998 y 2011) pero si lo he notado en esta más reciente (2025). La "artrosis" que va corroyendo lentamente las piedras ha hecho que diversas edificaciones del pueblo vayan agonizando de manera paulatina pero sin remisión.
Llego a este recóndito lugar en esta mañana primaveral después de haber visitado primeramente su "hermano pequeño" (Torrolluala del Obico). El clima es fresco, incluso llovizna y algunas nubes de color negruzco vaticinan que puede haber tormenta eléctrica. Antaño ya veía el pueblo a lo lejos desde bastante antes de llegar, ahora ya casi no, la vegetación circundante ha crecido y los edificios han menguado. Cuando llego ante sus muros enseguida veo que la torre de la iglesia se ha caído y solo queda un escuálido "muñón" apuntando al cielo para hacer un poco visible donde esta el templo. El interior también nota el desgaste del paso de los años, más vegetación y menos detalles arquitectónicos que observar. Al estar en posición altiva sobre el resto del pueblo se ven las diferentes edificaciones que conformaron el lugar y observo que casa Borruel ha perdido su tejado, de color rojizo que destacaba entre el resto. Apenas tiene tejas. Bajo a la calle de entrada y me dispongo a transitar por Torruéllola. Esta calle no ha notado en exceso el paso de los años exceptuando el tejado de Borruel. Bonita y triste a la vez. Ya no es posible entrar al interior de Borruel como si pude hacer las veces anteriores. Enfrente de ella, casa Grasa sigue con su puerta de madera reventada pero "negándose" a perecer. El interior esta invadido por la vegetación. Termino de bajar la calle que me llevara al epicentro del pueblo y enseguida veo otra casa que ha sufrido los embates del abandono y el olvido: casa Melchor. Ha perdido el tejado, con lo cual su interior ha sucumbido y ya no es posible entrar. El llamativo azulete con el que estaban pintados los cercos de piedra de las ventanas también desaparecieron, la vegetación se ha hecho fuerte en su fachada. La casa ha perdido el encanto que tenía. Pero es al llegar abajo y mirar a la derecha donde no puedo por menos que lanzar una exclamación. Ya no es posible ver ese edificio singular, único y enormemente atractivo que era la escuela. Bueno si se puede seguir viendo pero ya desmochada del tejado y de parte de la fachada central. ¡Se murió un edificio que llevaba años muerto pero vivo! Era el emblema de Torruéllola de la Plana, su edificio estrella. Dentro de un pueblo que tiene muchas cosas bonitas el edificio escolar se llevaba la palma. ¡Lo que puede cambiar a un edificio que tenga tejado o no! Tanto para su conservación como visualmente. La escuela de Torruéllola será como esas actrices de edad avanzada que saben que su tiempo ya pasó pero que seguirán en pie con dignidad mientras que su cuerpo aguante. Este edificio lo mismo. Ya no será lo mismo pero ahí estará hasta que los designios climatológicos quieran. Contemplo y rememoro la primera vez cuando aún pude entrar a su interior y subir hasta la planta de arriba. Me ha sorprendido esta triste agonía que esta teniendo esta edificación insólita pero es algo que no me debería llevar a sorpresa, pues es el sino de las edificaciones de los despoblados, siempre ir a menos.
Empieza a llover con un poco más de fuerza pero tampoco hay ningún sitio donde guarecerse. Aprovecho para dar cuenta de mis provisiones porque es hora de comer así que me "instalo" en una pared lateral de casa Baja donde puedo cobijarme bajo las ramas de un árbol y donde algunas piedras caídas harán de silla y mesa. Mientras degusto el bocadillo contemplo a cincuenta metros de mí el edificio de la escuela y pienso en las gentes de Torruéllola de lo orgullosos que estarían de tener una construcción tan atípica en un lugar lejano de todo. Observo también de frente a mí casa Coterón. Pocas diferencias apreciables con la visita de catorce años atrás pero porque ya en aquellos años estaba mal, la casa estaba caída y con su fachada central carcomida. Termino de comer el bocadillo y la fruta y coincide que también deja de llover. Así que puedo continuar mi recorrido por el pueblo. Me queda por ver otro edificio de sumo interés: casa Barcolino. Separada unos cien metros del resto del pueblo veo que sigue igual en cuanto a su fachada principal, su patio, presente su verja de entrada, sus balcones, su portada con inscripción en el dintel, su pozo cubierto y algunos detalles menores pero interesantes. Pero al mirar por detrás veo que la casa se ha partido, las columnas y el suelo de la planta superior han cedido dejando a la vista una amalgama de vigas, piedras y vegetación. Solo la fachada principal resiste decorosamente pero ya veremos por cuanto tiempo porque alguna grieta lateral va dejándose ver augurando un incierto final para la llamativa casa Barcolino. Torruéllola ya queda prácticamente visto. Ahí está también la aventadora en la era durmiendo el sueño eterno.
Me voy a conocer Alastrué, el cual todavía no conozco y que según un letrero indicativo señala que está a una hora y cuarto de camino por un camino áspero y abrupto. Según me voy alejando y cogiendo altura voy teniendo una visión panorámica diferente para mi hasta ahora de Torruéllola de la Plana. Por aquí se divisa más desperdigado y más circundado por la vegetación.
Será alrededor de cuatro horas después cuando vuelva de mi visita a Alastrué y pase nuevamente por el entramado urbano de Torruéllola de la Plana, no me detengo en está ocasión porque todavía me queda una hora y media de caminar hasta donde tengo el coche aparcado (la carretera de la Guarguera) pero si voy echando un vistazo a sus edificios y como no puede ser menos al edificio escolar. Una última mirada y enseguida cojo la calle que en ligera subida me sacará de Torruéllola. ¡Que bonito nombre tienes! ¡Y que pueblo más hermoso debiste ser! Y lo sigues siendo, que conste en acta, aunque ya cada vez más mutilado.


PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.

Año 2025. Torruéllola visto desde el oeste.




Año 2025. Entrada al pueblo por el camino de Torrolluala del Obico. Casa Carpintero la primera en aparecer. La habitó el matrimonio formado por Pedro y María. Tuvieron ocho hijos. Emigraron a Barcelona.



Año 2011. La calle baja a desembocar a la plaza, quedando Casa Borruel a la izquierda y Casa Grasa a la derecha.
En Borruel vivió el matrimonio formado por Eugenio y María. Tuvieron cuatro hijos: Jesús, José, María y Pili.
La de Grasa estaba habitada por el matrimonio formado por José y Laura, natural de Bagüeste. Se marcharon a Huesca.



Año 2011. Entrada al pueblo por el camino de las Casas de Montalbán, con Casa Baja en primer término y al fondo Casa Coterón.



Año 2011. Plaza mayor de Torruéllola con Casa Melchor a la izquierda y el sorprendente y atípico edificio de la escuela de frente.



Año 2011. Escuela de Torruéllola de la Plana. Hermosa edificación que se sale de lo normal. Fachada encalada. Simetría de los vanos. Doble juego de ventanas en el piso superior (adinteladas las centrales y geminadas las laterales). Hasta 40 alumnos se llegaban a juntar en ella pues venían también los niños de Torrolluela del Obico, de Alastrué, de la pardina Albás y de la pardina Ballabriga. La planta de arriba estaba destinada a vivienda de la maestra, aunque la mayoría se alojaba en alguna casa de patrona. Sí vivió en ella la última maestra que hubo en el pueblo, era salmantina, se llamaba Carolina, vivía con su marido Ángel y sus tres hijos. Prácticamente marchó del pueblo a la vez que la última familia (Casa Barcolino). Aquí también se realizaba el baile en las fiestas patronales.



Año 2025. El edificio escolar en la actualidad.




Año 2011. Fachada lateral y trasera de la escuela. En piedra vista, por aquí no hay encalado.



Año 2011. Vista de la plaza y calle desde la escuela.




Año 2011. Casa Baja, magnifica edificación de cuatro plantas que da una idea de las hechuras que tuvo la vivienda. Era una de las dos casas más pudientes del pueblo, en ella solían residir las maestras que había en el pueblo y el cura comía aquí los domingos cuando venía a dar misa. Estuvo habitada por Encarnación y Miguel, natural de la pardina Albás. Tuvieron siete hijos: Ángeles, Alicia, Encarna, Pilar, Miguel, José María y Lorenzo.



Año 2011. Casa Melchor. La habitó el matrimonio formado por María y Ángel, natural de Las Bellostas. Tuvieron cuatro hijos: Antonio, José Ángel, Marí Carmen, Pili. La familia emigró al pueblo monegrino de Sariñena.



Año 2025. Casa Coterón, buena vivienda con interesante portada de acceso en arco de medio punto (dovelas centrales caídas). Los últimos que la habitaron fueron los hermanos Enrique y Teresa. Cuando llegó la hora de marchar, Enrique se quedó de pastor en Laguarta para posteriormente emigrar a Huesca y Teresa se marchó a Monzón.



Año 2011. Separada unos cien metros del pueblo se encuentra la espléndida Casa Barcolino, fue la última vivienda que se cerró en Torruéllola. Vivió en ella el matrimonio formado por José Cavero y Emilia Grasa con las tres hijas que tuvieron: Marisol, Rosa y Elena. Emigraron a Barcelona.



Año 2011. Patio de Casa Barcolino con verja de entrada e interesante portada de acceso a la vivienda. Interior hundido. Inscripción en el dintel- Año 1905- José Cabero-.



Año 2025. La calle alta, de subida hacia la iglesia y hacia el camino que sale para Torrolluala del Obico. Casa Grasa a la izquierda y Casa Borruel a la derecha.



Año 2025. Edificio destinado a carpintería, en su interior Pedro de casa Carpintero desarrollaba el noble arte de trabajar la madera.



Año 2011. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en posición dominante sobre el pueblo. En los últimos años de vida del pueblo la torre ya empezó a resquebrajarse y se dejaron de dar misas en el templo, haciéndose en la escuela.



Año 2011. Bonito atrio de entrada a la parroquial.




Año 2011. Motilones en las jambas de la portada.




Año 2011. Interior del templo, altar mayor y dos capillas laterales.



Año 2011. Vista del pueblo desde la parroquial y donde destaca el tejado de Casa Borruel que es de teja árabe debido a unas reformas más recientes que se hicieron en esta casa en los años posteriores a la guerra civil.



Año 2011. Borda con puerta esquinera.




Año 2025. Era de trillar perteneciente a Casa Baja, con pajar y maquina aventadora, la cual tiene su particular historia.
"Veintidós hombres la bajaron desde la Pardina San Juan en la carretera hasta aquí cargada a hombros, ¡el trabajo que costó! Supuso un pequeño acontecimiento pues fue la única maquinaria agrícola que hubo en el pueblo".
LORENZO MONCLÚS.




Año 2025. Transformador de la luz, "camuflado" entre la vegetación.