
Vegamián, Campillo, Armada, Lodares, Ferreras y Quintanilla quedaron para siempre bajo las aguas del pantano del Porma. No fue el caso de Utrero que por estar a un nivel un poco más alto se "le perdonó la vida", pero se le condenó a ser un alma errante, a ser "un muerto en vida". Se les expropiaron las tierras de cultivo y se les cortaron las vías de comunicación, por lo que sus vecinos se vieron obligados a vender y marchar. Para consumar el triste final de Utrero, la Confederación Hidrográfica del Duero, propietaria del pueblo, para evitarse males mayores ante el riesgo de ruina de los edificios permitió a partir del 2003 que todo aquel que quisiese piedra o tejas de las casas de Utrero podía cogerlas con autorización.
Así que el saqueo permitido fue el remate para destrozar la fisonomía de Utrero, una avalancha de personas se abalanzaron sobre el pueblo despojando a las casas de sus mejores piedras. Las viviendas desaparecieron en poco tiempo y hoy día apenas unas cuantas edificaciones mantienen con dignidad el nombre de Utrero.
Unas veinticinco casas conformaban el balcón de la montaña, sobrenombre por el que era conocido Utrero. Pertenecía al ayuntamiento de Vegamián.
Amplia zona de monte tenían en su término, el Regalar, de donde extraían madera de haya y roble. La subasta de dicha madera hizo posible que con el dinero obtenido se construyera un lavadero en el año 1952.
La vaca era el animal prioritario en la ganadería. Se aprovechaban de los buenos pastos que había en el término. De ellas se extraía leche que era bajada en carros a vender a las fábricas que había en Vegamián, en las cuales se elaboraba leche condensada y mantequilla.
Trigo y centeno era lo que sembraban en la parte más alta, más tarde se dejo de sembrar trigo para aprovecharlo para pastos, quedando el terreno más cercano al río para cultivar patatas, alubias pintas, garbanzos, lentejas.
Aprovecharon para arrendar las tierras más cercanas a Utrero de las gentes que iban emigrando de Vegamián.
Tenían luz eléctrica procedente de la fábrica de luz de Las Cuevas, a medio camino entre Utrero y Armada. Desde aquí se construyó un canal de agua para regar los huertos de Utrero.
Caserin
El Artadal
El Calero
El Canal
El Canto
El Picón
El Regalar
El Vergel
Fuente Fría
Fuente el Cantil
La Capilla
La Collada
La Cortina
La Pontorrona
La Porquera
La Vega
Las Llanas
Las Vallinas
Los Riballones
Mina Teresita
Peña el Caballo
Peña el Pico
Peña la Encinosa
Peña la Rasa
Pozo San Roque
Requejada
Sierra la Praerona
Sierra Redonda
So el Camino
So el Valle
Soto
Valdevalle
Vereda de la Costadiella
**Son algunos topónimos de lugares comunes de Utrero que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**
El patrón de Utrero era San Blas, pero la fiesta grande era el 7 y 8 de octubre en honor a la virgen del Rosario. Duraban dos días y por allí aparecían los músicos de Boñar o de La Losilla con acordeón, bombo, tambor y saxofón para amenizar las fiestas. Por la mañana temprano ya iban tocando la diana con los jóvenes del pueblo y en todas las casas se obsequiaba a la comitiva con unos dulces y una copita de mistela. Se celebraba baile por la tarde y por la noche después de cenar, realizándose en una pradera. De Vegamián, Armada y Ferreras eran los pueblos que más gente acudía a las fiestas de Utrero.
No podía faltar en las fiestas, los concursos de lucha leonesa, tan arraigados en la zona desde muy antiguo.
Hacían una romería en agosto conjuntamente con los pueblos de Armada y Camposolillo al monte de Barbadillo donde en tiempos pasados hubo una ermita dedicada a Nuestra Señora de Barbadillo. Aunque de la ermita hacia muchos años que no había ni rastro las gentes seguían acudiendo allí, celebraban una misa y una comida campestre.
Había cura residente en el pueblo: don Elías García Liébana. Ejerció en este pueblo desde 1920 hasta 1968, año de la despoblación definitiva de Utrero. Llevaba también el pueblo de Armada. Después se fue a Oviedo durante tres años. Falleció en 1974 en Piedras Blancas (Aviles). Era natural de Vegamíán.
En Vegamián residía el médico que solía acudir montado a caballo a visitar a algún enfermo.
El veterinario (don Julián) residía en Armada, donde también estaba el herrero.
Había taberna en Utrero y bajaban a hacer compras a Vegamián, aunque no faltaban vendedores ambulantes de este pueblo que subían por Utrero, como era el caso de Andrés Carbajo que con una caballería iba vendiendo productos como podía ser aceite, azúcar o arroz. Aparecían también por Utrero los carniceros de Boñar para comprar terneros.
A Vegamián y a Boñar iban a comprar vino.
Como buena zona ganadera había diversas ferias de ganado en los pueblos de la comarca, adonde acudían todas las gentes de la montaña. Así acudían a la feria de ganado de Vegamián los días 8, 9 y 10 de octubre, o a la feria del Pilar en Boñar. También a Boñar se desplazaban los lunes que era día de mercado y a la vez que se vendía algún animal se aprovechaba para hacer algunas compras como podían ser las famosas madreñas (calzado de madera).
La juventud de Utrero acudía los domingos a la fábrica de luz de las Cuevas, donde se realizaba baile con gramola en el salón de la cantina que había en el lugar, propiedad de los Pereda (Emilio e Isidoro). Baile muy concurrido en la época, acudían jóvenes también de Vegamián, Armada, Camposolillo y Lodares.
Los Pereda, que eran naturales de Utrero eran propietarios del único calero (para hacer cal) que había en la comarca, estaba en terreno de Armada, en la falda de la Peña El Cantil y funcionó hasta el final.
Tenían costumbre los mozos de Utrero de bajar a la Venta de Vegamián a jugar a los bolos, juego de gran tradición en los pueblos de la montaña.
Nunca llegó ni el teléfono ni la televisión a Utrero ni a Vegamián, por lo que el que era muy futbolero se desplazaba a Lillo o a Boñar a ver el fútbol.
Entre las costumbres de la comarca estaba la del Cantamisa, en Utrero hay recuerdo de haberlo celebrado una vez. Se realizaba cuando algún joven del pueblo que se había preparado para sacerdote, iba a decir su primera misa. Se plantaba un mayo (madera de chopo) delante de la puerta de su casa y en lo alto se ponía algún obsequio que solía ser una botella de coñac, para que los mozos treparan a cogerla.
Un suceso trágico llevo a Utrero a ser noticia en los medios de comunicación. Sucedió el 21 de diciembre de 1955 cuando una explosión de grisú en la mina Teresita sepultó a diez mineros, naturales en su mayoría de Boñar y de Palazuelos de Boñar. Hasta Utrero se desplazó una brigada de salvamento de Sabero, acudiendo también el gobernador civil de la provincia y otras autoridades leonesas.
Con la construcción del pantano del Porma, el final de Utrero estaba por llegar, aguantaron un año más que los de Vegamián, pero en 1968 llegó el agua a sus tierras de cultivo y ya no les quedó otra opción que marchar, así sus vecinos se repartieron por Madrid, Barcelona, León o Boñar entre otros destinos.
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Informante: Jesús García Fernández, antiguo vecino de Vegamián (Conversación mantenida por vía telefónica).
Los topónimos están extraidos de la pagina web Amigos de la Montaña del Porma.
Visita realizada en octubre de 2013.
PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.


Calle de Utrero

Alguna casa sobrevive entre la ruina generalizada.


La fuente de Utrero.



Vivienda.


Las aguas que echaron al que miraba por la ventana.

Les anegaron sus mejores tierras...


Cementerio.