Picazo (Guadalajara)

Picazo es un pequeño pueblo situado en un escondido valle en lo más profundo del corazón de la Alcarria. Fue siempre un anejo de Valdelagua y en la actualidad lo es de Budia.
Nueve viviendas componían este aislado núcleo, aunque solo cinco de ellas llegaron habitadas a las últimas décadas de vida del pueblo.
Tenían una fuente de agua para consumo a cinco minutos de las casas.
Para lavar la ropa se apañaban con las rieras que bajaban por el barranco hasta que en años más recientes hicieron un lavadero en la parte baja del pueblo.

"En invierno se helaba el agua del lavadero y había que picar para romper el hielo, además llevábamos una lata con agua caliente para calentarnos las manos". VICTORIA HENCHE.

Los candiles de aceite para las casas y los faroles para ir a las parideras fueron sus fuentes de iluminación.
Aunque nevaba con frecuencia la nieve no duraba mucho y se quitaba rápido.
Contaban con abundante leña de encina (y de roble en menor medida) para calentar la lumbre de los hogares.
En cada casa se elaboraban su propio vino para consumo casero.
Sus tierras de cultivo estaban dedicadas al cereal (trigo, cebada).
Iban a moler el grano a la fabrica de harina de Budia. En tiempos más antiguos lo hacían a los molinos de Gárgoles y de Trillo.
Había tres hornos particulares y uno comunal para hacer el pan. Aparte del pan se elaboraban magdalenas y tortas de la Virgen en fechas señaladas.
Contaban con un buen número de olivos.

"Se producía bastante aceite y se vendía en pueblos como La Olmeda del Extremo y Barriopedro, en otras ocasiones era un trueque y nos daban a cambio patatas. Una buena parte se destinaba al consumo casero, para los cándiles o para meter la carne en conserva". VICTORIA HENCHE.

De árboles frutales apenas contaban con ciruelos.
Tenían buen número de colmenas cuya miel se vendía a unos que venían de Peñalver a por ella y que luego la vendían en Zaragoza.
Las ovejas y cabras componían el volumen ganadero.
El ganado ovino cada familia sacaba las suyas a pastar mientras que las cabras salían todas juntas a cargo de un cabrero. Sebastián y Pedro de Castilmimbre estuvieron desarrollando tal cometido durante años.
Los cabritos se vendían a carniceros de Brihuega y los corderos venía un tratante del mismo pueblo para llevárselos.
Iban a la feria de ganado de Cifuentes en octubre. Allí vendían corderos y a su vez compraban cerdos para la cría. En años anteriores también se desplazaban algunos vecinos a las ferías de Jadraque y de Sigüenza.
Era costumbre que se matara un par de cerdos en cada casa llegada la época de matanza.
Conejos, liebres y perdices abundaban por los montes de Picazo lo que suponía un aliciente para los aficionados a la caza.

Barranco de Picazo
Camino de Henche
Cerro de Enmedio
Cerro de los Pinos
El Bacho
El Calderero
El Castillejo
El Cerrillo
El Hoyo
El Montecillo
El Pelillo
El Rubián
El Serranillo
El Tallar
Fuente del Hoyo
La Raposera
La Solana
Las Hoyas
Las Tapias
Los Aguanares
Los Colmenares
Los Cuatro Caminos
Llano de la Doblega
Pedazo Redondo
Peña de la Dehesa
Ravajo Rubio
Valdecentenos

**Son algunos topónimos de lugares comunes de Picazo que quedaran para siempre en el recuerdo de las gentes que habitaron el pueblo**


El 13 de junio era la fiesta principal (un solo día), teniendo por patrón a San Antonio, celebraban una misa y una procesión por las dos calles del pueblo.
Se realizaba el baile en una era.
"La música solía ser con violín y guitarra, los músicos según el ajuste que se hiciera cada año venían unas veces de Gárgoles, otras de Valdelagua y en ocasiones de Castilmimbre". VICTORIA HENCHE.

Venía la juventud de Henche, de Valdelagua y de Castilmimbre a participar de la fiesta, también algunos de Budia se dejaban ver por allí.
En la comida había costumbre de sacrificar un cordero o un cabrito para compartir con los familiares y allegados venidos de fuera.

"Asistíamos a las fiestas de los pueblos cercanos como Valdelagua, Castilmimbre y Henche, incluso a pueblos más alejados como Gualda y Pajares. No se me olvidará un año que fuimos mi amiga Blasa, mis hermanos Nicomedes y Valentina y yo a las fiestas de Henche, volviendo a Picazo a las dos de la mañana el miedo que pasamos porque estaba muy oscuro y había que subir y bajar barrancos, no se veía nada.
Otras veces hacíamos un poco de baile los domingos en una era con la música que sonaba en la radio". VICTORIA HENCHE.


No tenían escuela por lo que la media docena de niños en edad escolar les tocaba coger cada día el camino de Valdelagua para asistir a la escuela de allí y posteriormente cuando este pueblo se despobló los niños de Picazo tuvieron que asistir a la de Castilmimbre.

"En mis años iríamos unos cinco niños. Nos llevábamos la comida en una fiambrera y comíamos en la escuela. El maestro que yo recuerdo se llamaba don Inocencio, al cual le sustituiría su hija doña Vicenta después". BLASA GIL.

"Íbamos cinco o seis niños desde Picazo, tardábamos algo menos de una hora, aunque faltábamos bastante a clase si hacia mal tiempo o en ocasiones teníamos que ayudar a nuestros padres cuando había más trabajo en el campo. Nos llevábamos una fiambrera y allí comíamos. El maestro que yo tuve era don Inocencio que creo que era natural de Cereceda. Fue muy buen maestro". VICTORIA HENCHE.

Solamente se daba misa el día de la fiesta y en algunas celebraciones especiales. El cura (don Enrique) acudía a oficiar la misa desde Castilmimbre, también don Juan y don Benigno venían del mismo pueblo. En años anteriores era don Aurelio, el cura de Solanillos del Extremo el que se desplazaba andando a Picazo a realizar los actos religiosos.
Desde el pueblo de Gualda venia don Jesús, el médico, montado a caballo a visitar al enfermo cuando la situación lo requería.
De Gualda acudía también acudía el cartero con una yegua a repartir la correspondencia.

"De Gualda venía el tío Fausto con una yegua vendiendo arroz, fideos, naranjas y otros productos, también recuerdo a Jesús Rojo, "el Cajillo" venía desde Durón con un caballo vendiendo telas y paños". VICTORIA HENCHE.

Dos horas tardaban con la mula en hacer el desplazamiento a Brihuega y una hora y media a Budia. Allí compraban alimentos básicos que no tenían en Picazo como era el bacalao, azucar, sal o arroz entre otros.
Se elaboraban deliciosos quesos que tenían una buena venta en Budia.
Para cualquier apaño de rejas y arados tenían que ir a la fragua de Castilmimbre y más tarde cuando ya no hubo herrero en aquel pueblo iban a la de Brihuega.

Ante la falta de electricidad, de una pista aceptable para llegar o tan siquiera de una aventadora para simplificar las faenas de la trilla se puede anotar casí como único signo de modernidad dos aparatos de radio que había en sendas casas del pueblo.

"La compraron mis padres a uno de Budia. Venía la vecina por las tardes a nuestra casa a escuchar los seriales y las noticias de lo que acontecía en el mundo". VICTORIA HENCHE.

Como persona para el recuerdo quedara la tía Leona, con sus buenas artes como partera ayudó a muchos niños de Picazo a venir al mundo.
Debido a su aislamiento y a la falta de servicios básicos como el agua y la luz los picaceños fueron emigrando en los años 60 en busca del futuro a las ciudades, marcharon principalmente a Guadalajara y a Madrid.

"Yo nací en Picazo en 1941 y viví en el pueblo hasta los veintisiete años en que me vine a Madrid con mi marido Joaquin y mi padre Mateo". BLASA GIL.

"Nos vinimos a Castilmimbre porque mi madre y mi abuela eran de este pueblo y teníamos casa aquí". VICTORIA HENCHE.

No obstante hasta los años 82-83 hubo dos casas abiertas en Picazo, por un lado el matrimonio formado por Bibiano e Irene y la otra casa que estaba habitada por las hermanas Gil Picazo: Daniela y Claudia, viuda una y soltera la otra. Ellas fueron las últimas de Picazo, estuvieron un año viviendo en soledad.


Informantes:
-Victoria Henche (Conversación personal mantenida en su casa de Castilmimbre).
-Blasa Gil Cortijo (Conversación mantenida a través de terceras personas por correo electrónico).


Visitas realizadas en febrero de 1996, febrero de 2009 y marzo de 2023.

Punto y aparte. Tres veces he visitado Picazo, las tres en invierno. Ninguna de las veces me he encontrado un tiempo desapacible ni condiciones meteorológicas adversas. Está bien a resguardo este pequeño pueblo alcarreño, escondido de todo y de todos. Pocos son los visitantes que llegan hasta sus muros. Esta mañana de marzo el silencio es absoluto. Nada hay que perturbe la quietud y la soledad en que se halla instalado Picazo. El apacible cartel en madera a la entrada del pueblo dando la bienvenida a los escasos visitantes sigue inamovible en el mismo sitio, no así la casa adyacente que ya ha perdido altura, ha menguado un poco más. En la pequeña plaza sigue el olmo muerto que un día fuera el epicentro de la población, lugar de buena sombra y de juntarse los vecinos. En mi primera visita allá por el 96 aún lo llegué a ver con hojas en sus ramas. Bajo por la calle que desciende a la parte baja. Allí sigue la casa de nuevo diseño para hacer ver que Picazo tiene presencia humana en determinados días del año. Llego hasta la pequeña ermita. Este edificio no ha cambiado en mis tres visitas, los muros siguen en pie debido a la reciedumbre de su piedra sillar aunque carente de tejado. Me asomo al interior pero nada especial que destaque. Sigo bajando y me encamino a visitar otra de las joyas de Picazo: el molino de aceite. No sé si habrá sucumbido totalmente ya a los años de abandono pero no, sigue igual con tres de los cuatro muros todavía en pie, se entreve en su interior las vigas que hacían funcionar todo el engranaje, el resto de maquinaria descansará para siempre entre una masa de tierra, piedras y vegetación. Subo por el camino de Henche para volver a ver una vista panorámica del pueblo como hice en años anteriores. Aunque ya no me seduce tanto como las otras veces. Ya veo a Picazo demasiado "machacado" y es que el paso del tiempo no perdona.
Vuelvo otra vez hacia el pueblo, me asomo a las dos casas bajeras que hay junto al camino. Una de ellas muestra ya sus entrañas por la caída de uno de los muros laterales. Imposible entrar a ellas (ni a estas ni a ninguna otra del pueblo). Subo para arriba, llego nuevamente junto al olmo de la plaza, cojo el sendero que me llevaría a Castilmimbre, voy a ver la fuente. Antes paso junto a una era de trillar y en un rincón veo lo que un día fue una bodega con restos de tinajas donde encubarían el vino. Tras un corto paseo llego hasta la fuente. Sigue igual, con su recio muro frontal y a sus pies el pilón y el grifo por el que hace ya mucho tiempo dejó de manar agua.
Desando el camino y subo hasta la iglesia. Sigue igual al exterior, sin tejado pero aguantan los muros, me adentro en su interior, poco ha cambiado en relación a mi segunda visita a Picazo, no así en comparación a la primera donde aún pude ver la pila bautismal bajo el coro y el altar mayor sin ornamento religioso pero en pie, incluso tenía algo de tejado. Ahora ya no, vigas caídas, tejas y vegetación son las que "anidan" en el interior del templo. Salgo al exterior, me asomo al adyacente cementerio sin tumbas, ni lapidas ni nada significativo. Alguien ha colocado unas flores plasticas en un rincón para honrar a alguno de sus antepasados que allí fueran enterrados. Desde las alturas donde está situado el templo contemplo la vista que allí se da: las escasas edificaciones que quedan del pueblo, las tierras labradas y los caminos que comunicaban a los picaceños con el exterior: el de Valdelagua, el de Henche, el de Budia...
Bajo unos metros y contemplo una vez más el efecto óptico que produce ver el tronco del olmo muerto que hay delante de la iglesia. Visto desde aquí se asemeja a un caballo tumbado, cosas de la imaginación. Bajo para el pueblo, las dos casas que había por el costado derecho mirando desde la iglesia también han visto como el "reuma" se ha ido ensañando con ellas y han visto caer parte de sus muros. Es el peaje que tienen que pagar los lugares marchitos, yermos. Ver el deterioro que van sufriendo las edificaciones en su camino hacia la nada. Llego otra vez a la pequeña plaza, me entretengo leyendo los paneles informativos que han colocado para informar al visitante sobre lo que se va a encontrar por estas tierras.
La visita a Picazo toca a su fin. He estado más de dos horas pero ni un alma se ha dejado ver por allí, ni senderistas, ni ciclistas, ni automovilistas, nadie. Picazo esta a desmano de todo. Siempre quedara en el recuerdo de los que un día fueron felices entre sus muros y en las fotografías de los apasionados de las ruinas. Me hubiera gustado haber conocido Picazo cuando todavía respiraba vida. Un pueblo pequeño pero con mucho encanto.


PUBLICADO POR FAUSTINO CALDERÓN.

Año 1996. Vista panorámica de Picazo desde el camino de Henche.



Año 2009. Vista parcial del pueblo con la ermita en primer término y la iglesia situada en lo más alto.



Año 2023. La primera visión que se tiene de Picazo llegando por el camino de Budia.



Año 2009. Entrando en Picazo.




Año 2023. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, situada sobre un montículo en la parte más alta del pueblo.



Año 2009. Interior de la iglesia. Puerta de acceso, altar mayor y altares laterales sobre los que se desplomaron las vigas y las tejas del techo.



Año 2023. Interior de la iglesia. Coro al fondo.




Foto cedida por José Arturo Salgado.

Año 2012. Pila bautismal. Para evitar ser victima del expolio fue trasladada en el año 1996 a la iglesia de San José Artesano en el barrio de Los Manantiales en Guadalajara.



Año 2023. Cementerio y espadaña.




Año 2023. Vista desde la puerta de la iglesia.




Año 2009. La ermita del Niño Jesús, siempre se la conoció en ruinas.



Año 2009. La casa del tío Bibiano. Vivió en ella el matrimonio formado por Bibiano e Irene. Se fueron a Guadalajara.



Año 2009. La casa del tío Mariano. La habitó el matrimonio formado por Mariano y Bernardina, natural de Gualda. Él falleció en el pueblo y Bernardina se fue con una hija a Madrid.



Año 2009. Calle de Picazo.




Año 2009. Entrando por el camino de Castilmimbre, viviendas en avanzada ruina pero que antaño tuvieron buena presencia.



Año 2009. Vivienda e iglesia de fondo.




Año 2009. La casa de la tía Leona. La habitaba el matrimonio formado por Leonarda Martínez y León Catalán. Tuvieron seis hijos. La emigración repartió a la familia entre Guadalajara y Madrid.



Año 2023. La fuente de Picazo, más de un siglo la contempla (1894).
"En verano que había más gente y manaba poca agua había que levántarse a las cinco de la mañana para llenar los cántaros y los botijos". VICTORIA HENCHE.



Año 2009. El molino de aceite, situado a unos doscientos metros del pueblo. Aparte de las gentes de Picazo venían también los del pueblo de Castilmimbre a moler la aceituna.



Año 2023. Era de trillar.

15 comentarios :

  1. Muy bonito este pueblo tambien, todos los pueblos de la zona centro Guadalajara, Soria... son de mis preferidos, no he podido visitar muchos pero espero poder hacerlo poco a poco.
    Un saludo.

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  2. visite este pueblo la semana pasada, me encanto. me fije y hay una casa en la que vive gente no tube la suerte de encontrarmeles para hacer preguntas sobre ese pueblo, es muy interesante recomiendo su visita.
    un saludo

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  3. He estado varias veces en ese pueblo… a mediados de los 90 la pila bautismal todavía estaba en la iglesia… la siguiente vez que fui había desaparecido y se veían rodadas de algún camión para cargarla, imagino… tengo que volver para hacer un reportaje fotográfico.

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  4. Hola, es un pueblo con encanto, hay nacio mi madre y mis abuelos, la casa que todavia esta en pie fue de mis padres que la vendieron hace muchos años a unos amigos, vamos al menos dos veces al año para visitarlo, merece la pena.

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    1. Hola Joaki.
      Mucho encanto es el que tiene Picazo, estoy completamente de acuerdo.
      Gracias por dejar tu comentario.
      ¿Serías tan amable de preguntarle a tu madre o a cualquier otro familiar un par de detalles sobre el pueblo que se me quedaron pendientes a la hora de escribir el reportaje?
      Un cordial saludo.

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    2. Claro, dime lo que quieras saber y te cuento!!!! Saludos

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    3. Gracias Joaki.
      ¿Puedes facilitarme un correo electrónico o escribirme al que hay en la columna de la derecha?
      O bien alguna otra forma de contacto.
      Un cordial saludo.

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  5. Yo soy de hayy me encanta voy A menudo porque tengo colmenasy me entristece mucho por los recuerdos pero es encantador.. FJ H

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  6. ¡¡¡ Gracias me encanta saber cosas del pueblo de mi madre. Picazo. Soy descendiente de la familia Catalán, y tengo recuerdos estupendos de la casa de mi abuela y de mis tios, de los familiares y de los que venian de los pueblos cercanos para celebrar la fiesta o acontecimientos familiares. La casa de mi abuela era alegria, abrazos y saludos, encuentros de familiares, y muchos dulces que guardaban en la despensa en cestas grande. No faltaba el aguardiente, el vino, elaborado por mis tios, la carne de cordero que guisaban las mugeres en la cocina y que los hombres degustaban en el comedor. Recuerdo entre todos al Sacerdote D. Juan, que nos decia digeramos en la Iglesia despues de la procesión, la oracion de los '' pajaritos '' que mi madre y mi abuela nos enseñaron de S. Antonio. Romántico y bonito, ya terminada la procesión por la tarde, comenzaba la música con violines. Era precioso en medio de aquel paisaje, el sonido de la música encantador.
    Podiamos decir mas cosas de la infancia cuando nuestros padres nos llevaban a casa de buela, ya era una fiesta de amor, alegria y atencion. Que importante es la raiz, y reconocer los esfuerzos, trabajos, lo que nos han aportado y conservado en valores para la Historia
    Gracias, si terminais de leer ésta
    voz, y más gracias, muchas más por el interes que tenéis por este pueblo nunca olvidado.

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  7. Hola a todo@s, sabéis algo de que el Obispado a vendido la ermita y el cementerio del pueblo a un particular?

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    1. Si, algo se sabe, pero los argumentos que dio el comprador al Obispado son confusos, porque el Obispado no lo hubiera vendido de saber que el pueblo lo hubiera comprador y no dejarlo a un Señor que no es del pueblo ni tiene raiz familiar. Gracias por interesaros.

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  8. Hola todos,

    Yo soy el comprador de la Iglesia de Picazo, y tengo soporte documental de todo lo que aquí expongo.

    Entre septiembre y octubre de 2021 estuve en contacto con algunos vecinos de Picazo, con el Obispado de Sigüenza, y con el Ayto de Budia, para manifestar mi interés por rehabilitar Picazo.

    Hay una oferta abierta a todos los vecinos, para comprar las ruinas y tierras para recuperar el pueblo del abandono total en el que lleva +40 años.

    De nov 2021 a abril de 2022 continué hablando con muchos vecinos de Picazo, (posiblemente con 5-6 familias diferentes, no sé si la totalidad, pero sí todos los que quisieron contestar mis llamadas) con el Obispado de Sigüenza y con el Ayto de Budia.

    En mayo de 2022 los vecinos se reunieron entre ellos (aprovechando su reunión anual) y estuvieron debatiendo el tema de la Iglesia de Picazo, pues sabían que había alguien que quería comprarla.

    Desde mayo de 2022 a septiembre de 2022, fecha en que se me vende la Iglesia de Picazo, ningún vecino se puso en contacto ni con el Obispado de Sigüenza, ni conmigo, manifestando que ellos estaban interesados en comprar Iglesia.

    Por lo tanto, tanto yo, como el Obispado de Sigüenza hicimos una compraventa, no sólo lícita, sino de buena fe.

    Posteriormente a la compra de la Iglesia, yo he ofrecido a los vecinos ceder la Iglesia de Picazo a los antiguos vecinos, si se comprometen a rehabilitarla, algo a lo que no están dispuestos.

    Sigo, con muchas dificultades, adelante, tratando de rehabilitar la Iglesia de Picazo, así como el Pueblo.

    No sé a dónde llegaré, pero seguiré luchando por recuperar Picazo a como estaba hace 100 años, con todas las casas levantadas.

    Quizás no tenga raíces en Picazo, pero sí quiero tener descendencia en Picazo.

    Quizás no sea de Picazo, pero quizás valoro la belleza de este pueblo mucho más que muchos de los vecinos, o herederos, que llevan años sin ir, ni pretenden ayudar en la actualidad a recuperar el pueblo.

    Un abrazo a todos.

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  9. Buenas noches, Sr. Tomás.a
    Decirle que....., he tenido familiares directisimos, que nacieron e hicieron unos, su vida entera y otros gran parte y parte de ella en éste precioso pueblecito, llamado Picazo......, por consiguiente, entenderá que he leído muy cuidadosa y atentamente su escrito o comentario sobre el mismo y sobre sus VECINOS y que...., si ésa compraventa está documentalmente realizada cómo dice Vd., aún siendo legal, estoy en desacuerdo sobre la forma de actuar al respecto, NO de Vd., pero SÍ de una institución religiosa como es el Obispado, por razones obvias, que sobra comentar.
    Pudiendo estar más o menos de acuerdo en su comentario, le diré que ha sido demasiado " atrevido " en su último párrafo , me explico;
    El valor de Picazo como pueblo, para sus vecinos que han nacido y fallecido o han vivido gran parte de sus vidas en el mismo y para sus ascendentes o descendientes ( cómo es mi caso ) lo valoramos desde las inolvidables VIVENCIAS y SENTIMIENTOS que a lo largo de nuestra vida nos ha regalado nuestro pueblo y a ésto....., jamás se podrá acercar, ni por asomo, una valoración a través de medios económicos. Ya del tiempo que llevo sin visitar Picazo, " ni le cuento"....., QUIZÁ estuve ayer, después de haber estado antesdeayer.
    Un saludo, caballero.

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  10. Me ha gustado....📖⭐⭐⭐⭐⭐

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  11. Yo paso por Picazo alguna vez. En una ocasión coincidí con una familia que merendaba junto a su casa -supongo- la única que no está en ruinas del pueblo. A mi lo expuesto por este hombre, Tomás Allende, me parece muy coherente. Si le gusta el sitio, que no tenga raices allí no es una razón para no asentarse si le place y comprar aquello que sus legítimos dueños quieran venderlo. La postura de "yo no pongo un céntimo en rehabilitar pero no quiero que otros lo hagan" me parece egoista y absurda. Ojalá salga bien su apuesta, Tomás y en poco tiempo el pueblo vuelva a estar vivo, con descendientes de los antiguos moradores -ojalá, aunque no han dado muestras de interés hasta el momento- o de nuevos habitantes.

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